Recientemente el presidente de la república anunció la creación de algo llamado el “noticiero de la verdad” y también nos dejó saber que sería una emisión obligatoria ya que esta sería transmitida vía cadena nacional al mediodía y en la noche, es por eso que mi pregunta de esta semana y la que me gustaría que los amigos lectores se plantearan es: ¿por qué siempre los gobiernos totalitarios tienen una necesidad compulsiva por informar la “verdad”?
La respuesta es sencilla, pues todo gobierno autócrata necesita un mecanismo propagandístico de gran magnitud aunado con graves fallas en la educación, y como resultado tendrá a un pueblo que se va a creer todo lo que se le diga por muy descarado que parezca. Es por ello que no encontré mejor ejemplo para comparar el anuncio del noticiero de la verdad, que la obra escrita en 1949 por George Orwell titulada “1984”.
La obra se trata de una sociedad controlada por un sólo partido político, el INGSOC, el cual es de ideología socialista, en él existen algunos ministerios como el de la verdad o el de la paz, entre otros, y por si fuera poco todos los ciudadanos están siendo monitoreados y son obligados a ver algo llamado “dos minutos de odio”, en este espacio eran expuestos a imágenes manipuladas por el ministerio de la verdad, en el cual se veía a los más férreos disidentes al régimen cometer atrocidades… ¿cualquier parecido a la realidad?
En mi opinión, George Orwell no era ni un visionario ni una especie de neo-Nostradamus, sino que él, al igual que muchos de ustedes, sabía que la historia es cíclica, siempre se repite. Si bien es cierto que en el caso de nuestro país no se ha llegado a tales medidas extremas como en “1984”, tampoco se puede negar el caudal de similitudes que se aprecian en la obra con respecto a nuestra realidad en Venezuela.
La creación del noticiero de la verdad es la prueba más contundente de que a pesar de que Maduro tenga el control de casi todos los medios de comunicación y que los que no sean propiedad del estado cometen el mayor delito que un periodista puede hacer, la auto censura. Entonces es evidente que existe un quiebre entre lo que todo el país ve en televisión – o se le es expuesto- con respecto a lo que se puede contrastar al salir de la casa, un país polarizado, en el cual sus ciudadanos no se confían entre sí ni porque sean familiares, en el que hay que hacer colas maratónicas para conseguir cualquier producto debido a la escasez, donde la luz se va en la mitad del país y lo tildan de sabotaje.
Hoy en día podría apostar que todos los gobiernos de corte totalitario (afortunadamente son menos), deben tener algo parecido a un noticiero de la verdad y siempre debe haber un culpable externo a ellos que se encarga de sabotear todos sus avances.
Si quieren comprobar la veracidad del nuevo noticiero del régimen les propongo un ejercicio escuchen las emisiones del mediodía y de la noche y al día siguiente salgan y comprueben por sí mismos si se sienten seguros, abastecidos o protegidos.
@Pedroarasa / Pedro Arasa