Yeti, la perra de una familia que vive en la ciudad cubana de Camagüey, se ha convertido en una madre improvisada para cinco cerdos recién nacidos. A pesar de que la madre de los pequeños gorrinos tiene leche suficiente para amamantarlos a todos, los cerditos prefieren alimentarse de la mascota familiar.
Según contaron los propietarios de los animales a la prensa latinoamericana, la perra dio a luz hace poco y ha conservado su instinto maternal. "Cada vez que tienen oportunidad, tratan de mamar de Yeti" y "lloran y gruñen" cuando la perra, "cansada de tanta persecución", abandona la casa.
"Estos casos son poco comunes, muy excepcionales", apuntó Sergio Rodríguez, miembro de la dirección provincial del Instituto de Medicina Veterinaria. Este experto achacó la confusión de los recién nacidos a que el sabor y la temperatura de la leche de todos los mamíferos son similares.
Sin embargo, también destacó que es la leche de la cerda la que les proporcionará todos los nutrientes que necesiten, y no los de la perra.
[fuente]