Un motín comenzó desde tempranas horas dominicales en el penal Yare I, hasta el momento de escribir estas líneas, la contienda ha dejado la terrible cifra de 25 fallecidos. Esa situación no genera el más mínimo asombro para los venezolanos, ya podríamos decir que es un tema de tertulias cotidianas.
En cualquier panadería del país llega Juan Bimba y le comenta a Pedro, “Viste pana, otro poco de muertos en las cárceles venezolanas, y lo peor es que están irreconocibles, lanzaron unas bombas que los dejaron vuelto añicos, hay como 45 heridos”.
Ya es cuento repetido escuchar a nuestro buen amigo Humberto Prado, dar recomendaciones a las autoridades para mejorar el sistema penitenciario, sus palabras no son atendidas, los rojitos hacen siempre caso omiso al defensor de los Derechos Humanos.
Al momento de llegar a la mitad del año, el Observatorio de Prisiones que dirige Prado, divulgó la escandalosa cifra de 304 personas muertas en las cárceles venezolanas y 679 personas heridas. Como ven amigos, en el segundo semestre las cosas han comenzado a todo vapor, la cifra pica y se extiende.
No es secreto que la organización penitenciaria está colapsada, la población en los penales genera un hacinamiento desbordado, toda la infraestructura mantiene una condición paupérrima y el personal de seguridad es insuficiente para atender la dramática situación.
Mientras eso pasa, Iris Varela, Ministra de Asuntos Penitenciarios, solo atina a promover talleres de formación, crear panaderías y actividades agrícolas que no alcanzan ni a solventar tímidamente el grave problema carcelario en el país. Esas unidades socio productivas como las llaman no atienden ni al 10% de los reos.
El estallido de Yare I muestra una vez más el arsenal que se puede conseguir en las cárceles venezolanas. El jueves pasado denunciaba @HUMBERTOPRADOS por su cuenta twitter que una subametralladora, tres fusiles, dos escopetas, dos bombas lacrimógenas, dieciséis armas de fuego y droga fueron incautadas en la cárcel de Tocuyito ¿Cuánto armamento se les quedó por fuera?
Eso evidencia la incapacidad del régimen para resolver el problema, además deja claro la corrupción y complicidad de los rojitos que luego de 14 años gobernando, no han podido resolver el tema de la violencia en las cárceles venezolanas.
Esas muertes de compatriotas privados de su libertad, se unen a los múltiples cadáveres que ingresan a las morgues mensualmente. El hampa custodiada por la impunidad arremete contra un pueblo que solo quiere vivir en paz.
Ese odio, esa división social que los rojos han profundizado, es la que estamos obligados a vencer. La muerte en nuestras calles se conjuga con las víctimas de los penales. Las bandas oficialistas son agresivas porque saben que la reconciliación nacional es la victoria de una nación que quiere progresar.
La derrota del régimen se evidencia, se siente, su ineptitud los delata. Hoy solo lucen violentos, sin magia. Solo dan pena como su parte de guerra.
Por: Felipe Mujica / @FelipeMujica