El papa Francisco defendió una «presencia femenina más incisiva en la Iglesia» católica y abogó por recurrir más al «genio femenino» en la toma de decisiones importantes.
El Pontífice hizo esta declaración en una amplia entrevista exclusiva con el sacerdote jesuita Antonio Spadaro, director de la revista La Civilta Cattolica, y que se publicó en revistas jesuitas de todo el mundo.
«Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia… La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia. María, una mujer, es más importante que los obispos», dijo el Papa en el diálogo con Spadaro, que duró seis horas a lo largo de tres sesiones el 19, 23 y 29 de agosto.
Un «pecador en quien el Señor ha puesto los ojos»
La entrevista destacó por su sencillez y candor, y en ella el Pontífice responde así a la pregunta de «¿Quién es Jorge Mario Bergoglio?»: «Un pecador. Esa es la definición más exacta… un pecador en quien el Señor ha puesto los ojos».
Coincidiendo con la publicación del texto, hoy precisamente tuiteó un mensaje desde su cuenta @Pontifex_es. Repasando su trayectoria, como superior provincial de los jesuitas en la década de los 70 en Argentina, Francisco reconoció que antes tomaba sus decisiones «de manera brusca y personalista».
«Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultra conservador… con el tiempo he aprendido muchas cosas. Creo que consultar es muy importante», señaló.
Sobre la Iglesia, dijo que «debemos sentir es la casa de todos, no una capillita en la que cabe solo un grupito de personas selectas».
«Cuando percibo comportamientos negativos en ministros de la Iglesia o en consagrados o consagradas, lo primero que se me ocurre es: ‘un solterón’, ‘una solterona’. No son ni padres ni madres. No han sido capaces de dar la vida», dijo.
El Pontífice tuvo palabras muy cariñosas hacia su antecesor, Benedicto XVI, de quien dijo: «Realizó un acto de santidad de grandeza y de humildad» cuando renunció como Papa.
La Iglesia, un «hospital de campaña»
¿Y qué es lo que necesita la Iglesia de hoy según Francisco?
«Lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla».
«¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto», dijo.
«La Iglesia a veces se ha dejado envolver en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. Cuando lo más importante es el anuncio primero: ¡Jesucristo te ha salvado!».
Caldear los corazones
En la entrevista, el Papa añadió: «Los ministros del Evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse. El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios ‘clérigos de despacho’ (…) En lugar de ser solamente una Iglesia que acoge y recibe manteniendo sus puertas abiertas, busquemos más bien ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos, capaz de salir de sí misma yendo hacia el que no la frecuenta, hacia el que se marchó de ella, hacia el indiferente».
«El que abandonó la Iglesia a veces lo hizo por razones que, si se entienden y valoran bien, pueden ser el inicio de un retorno. Pero es necesario tener audacia valor», añadió el Papa.
Sobre los homosexuales
Francisco también se refirió a los comentarios que hizo a los periodistas que viajaban con él en el avión de regreso a Roma tras la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, cuando dijo que quién era él para juzgar a los homosexuales.
El Papa dijo que no hizo entonces más que decir lo que dice el Catecismo y agregó que «Dios en la Creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal».
«Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?», recordó el Pontífice.
«Hay que tener siempre en cuenta a la persona…. hay que acompañar con misericordia».
Un nuevo equilibrio
El Pontífice agregó que «el confesionario no es una sala de tortura, sino aquel lugar de misericordia en el que el Señor nos empuja a hacer lo mejor que podamos».
«No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos… ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar».
«Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda y radiante. Solo de esta propuesta surge luego las consecuencias morales», sostuvo.
«Un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios», dijo el Papa.
«Dios está en la vida de toda persona. Y aún cuando la vida de una persona haya sido un desastre, aunque los vicios, la droga o cualquier otra cosa la tengan destruida, Dios está en su vida. Se puede y se debe buscar a Dios en toda vida humana… es necesario fiarse de Dios».
Los gustos del Papa
Hacia el final de la entrevista, los temas se volvieron un poco más ligeros y Francisco abordó algunos de sus gustos literarios, artísticos musicales. ¿Qué le gusta el Papa?
Escritores:
Fiódor Dostoyevski
Friedrich Hölderlin
Gerard Manley Hopkins
Alessandro Manzoni: sobre todo Los novios, que el Papa dijo haber leído tres veces y estar listo para leer una cuarta.
Músicos:
Wolfgang Amadeus Mozar: Et Incarnatus est de la Misa en Do menor
Ludwig van Beethoven
Johann Sebastian Bach: sobre todo La Pasión según San Mateo, concretamente El llanto de Pedro
Richard Wagner: Tetralogía del Anillo y Parsifal
Películas favoritas:
La Strada (1954), de Federico Fellini
Roma città aperta (1945), de Roberto Rossellini
[Fuente: cnn.com]