Cuando el orgulloso padre de los gemelos de 8 años de edad, Eloy y Oraibi, quería un nuevo tatuaje, no se le ocurrió una mejor idea que pedirles a sus niños que le hicieran el tatuaje!
Isaías Toothtaker ha sido un artista profesional del tatuaje por más de 10 años, y que al parecer decidió pasar la tradición a sus pequeños.
Le tatuaron una calavera, y como se esperaba, el resultado fue un poco inestable y doloroso. Podemos ver en el video a los niños reír el uno al otro mientras manipulan la aguja, sin embargo, podemos estar seguros que mejoraran con la práctica, ahora la pregunta es quien va a ser la próxima víctima…