El canibalismo sigue aterrorizando al planeta. Esta vez ocurrió en China. Fue un almuerzo de varias horas. Hacía mucho tiempo que los amigos no se veían, así que querían celebrar. Dong, un conductor de autobús, no paró de tomar alcohol. Se fue solo, a pesar de las advertencias de sus amigos, que no lo veían bien; informó el portal de noticias Infobae.
Caminó muchas cuadras, hasta que la locura lo invadió. Empezó a correr por una avenida, evadiendo los autos. Buscaba una presa. Hasta que encontró a Du. Se detuvo en frente de su auto y ella frenó para no atropellarlo. Dong se subió de un salto al capó y, dando aullidos y alaridos, empezó a destrozarlo con sus puños.
Ante la desesperación, Du salió corriendo. Pero apenas llegó a hacer unos metros, porque el conductor volvió a dar un salto bestial y le cayó encima. Ahí mismo, mientras los autos y los transeúntes pasaban, empezó a comer su postre.
Le había devorado parte importante del rostro cuando las primeras personas acudieron en ayuda de la víctima. Pero poco podían hacer ante su descomunal fuerza. Sólo la policía logró detenerlo.
Du fue trasladada a un hospital. Ya no tenía labios ni nariz y los médicos aseguraron que necesitará cirugía plástica para que le reconstruyan el rostro, como ocurrió con Ronald Poppo, el indigente estadounidense al que le arrancaron la cara a mordiscos.