Conchita Martín, Vicedecana de Investigación de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutensa y Ortodoncista, explica a los lectores de ABC todas las dudas que se nos plantean antes de ponernos un aparato de dientes. Y recuerda: «la ortodoncia es un tratamiento complejo que de no hacerse de forma correcta, los dientes vuelven a su posición inicial requiriendo ser alineados de nuevo».
¿Qué es la ortodoncia?
La Ortodoncia es la especialidad dental que se encarga de corregir la posición defectuosa de los dientes y las anomalías de sus correspondientes huesos.
¿Cuáles son sus beneficios?
Un tratamiento, correctamente ejecutado, consigue el oportuno alineamiento de los dientes y normaliza la posición y el tamaño del maxilar y la mandíbula. De esta manera, los dientes pueden encajar bien entre ellos, procurando la completa masticación de la comida. Al funcionar bien, los dientes no se estropean y se mantienen saludables, lo que asegura una larga vida a la dentadura. Además, unos dientes derechos mejoran la sonrisa y, por tanto, la estética.
¿Por qué se producen los defectos en la posición de los dientes?
Existen varias causas, pero las más frecuentes son las siguientes: la influencia de la herencia familiar; el moderno consumo de alimentos blandos, que merma el tamaño de los huesos para albergar toda la dentadura; el hábito prolongado de chuparse el dedo o usar el chupete, que produce un avance perjudicial de la dentadura superior; la pérdida prematura de dientes y muelas de leche, por abuso de dulces que complica la aparición de la dentadura definitiva; la mala respiración por la nariz, por inflamación de amígdalas y vegetaciones o por alergias nasales que empeoran el desarrollo normal de la dentadura y sus huesos correspondientes, ciertas enfermedades periodontales tienden a movilizar los dientes y dan lugar a una mala colocación.
¿Cómo se estudian los defectos de la dentadura?
Al aparecer los signos iniciales de defectos en la dentadura y las anomalías de sus huesos correspondientes, es necesario realizar un profundo estudio de su extensión y gravedad, así como de las causas que los han producido. Para ellos se obtiene una copia en yeso de la dentadura, se toman radiografías especiales y fotografías de la cara para observar su posible desfiguración estética. La interpretación de estos datos permite hacer un diagnóstico lo más exacto posible del problema y proponer el tratamiento más adecuado para cada caso.
¿Qué tipos de tratamiento hay?
Existen varias modalidades de tratamiento, según el problema a corregir y la edad del paciente:
El tratamiento preventivo persigue la eliminación de los hábitos deformantes infantiles, generalmente en la dentición temporal (de 3 a 6 años).
El tratamiento interceptivo está orientado a facilitar la salida normal de los dientes definitivos y a mejorar el tamaño y la posición de los huesos maxilares, generalmente cuando se inicia el recambio de los dientes de leche por los definitivos (de 7 a 11 años).
El tratamiento correctivo es el indicado cuando ya han salido los dientes definitivos (de 12 a 15 años).
¿Cómo son los aparatos?
Los aparatos correctores pueden ser removibles o fijos.
Los aparatos removibles constan de una delgada placa que se ajusta al paladar, a la que se agregan diversos elementos metálicos, capaces de mover los dientes con sus correspondientes huesos. Su manejo es relativamente sencillo pero sólo pueden corregir defectos leves o moderados, sin grandes dificultades para el profesional que los prescribe. Como dificultan la masticación, se deben retirar durante las comidas.
Los fijos constan de unos minúsculos soportes pegados a los dientes, que alojan unos alambres especiales que proporcionan la energía necesaria para los movimientos. Su efectividad es mayor que la de los removibles, estando especialmente indicados para corregir los defectos acentuados o graves. Sin embargo, debido a la complejidad de su colocación y a la cuidadosa manipulación que exigen los alambres, el profesional que los utiliza debe tener mayores conocimientos científicos y experiencia clínica, pues, de lo contrario, pueden ocasionar daños irreparables en la dentadura.
¿Cuánto dura el tratamiento?
Al igual que el médico no puede asegurar la curación definitiva de una enfermedad con total garantía, lo mismo sucede con la Ortodoncia. El tratamiento tiene como objetivo conseguir una dentadura eficiente, sana, perdurable y bella. El éxito definitivo depende de factores tan variables como la reacción de los dientes y huesos al movimiento, el acierto clínico del profesional, la cooperación del paciente, la presencia de factores hereditarios, etc. Además, los dientes recién movidos tienden de forma natural a regresar a su mal posición original. Para evitar este riesgo, una vez finalizado el tratamiento se retiran los aparatos correctores y son substituidos por unos sencillos y cómodos dispositivos fijos o removibles que son revisados periódicamente por el profesional.
¿A qué edad?
Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos correspondientes pueden comenzar a manifestarse a temprana edad, generalmente cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes definitivos. Este es el momento ideal para solicitar consejo del dentista.
Durante el periodo que abarca la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, es cuando la mayoría de pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia, en función de la salida de los dientes y muelas permanentes, y del crecimiento del maxilar y la mandíbula, cuyos defectos manifiestos requieren de una corrección inmediata.
El tratamiento de pacientes adultos es necesario para corregir el progresivo deterioro de la dentadura y alargar su deseable existencia. Existe en la actualidad una demanda creciente de personas adultas que solicitan el tratamiento de ortodoncia que no fue realizado a su debido tiempo. Sin embargo, es más delicado y tiene ciertas limitaciones. Para la aceptación del tratamiento en esta clase de pacientes, existen modernos aparatos correctores de excelente apariencia estética, tolerancia y comodidad.
¿Cuánto cuesta?
Es costoso si se tiene en cuenta la severidad del problema a resolver, la atención profesional constante y continua, la cantidad y calidad de los aparatos y su prolongada duración. Todos estos factores determinan el coste final, que varía en cada caso. Para hacerlo más asequible, este se abona de forma periódica y fraccionada a lo largo del periodo del tratamiento. Aunque es difícil dar unas cifras, puede oscilar entre 900-1000 euros hasta más de 4.000, siempre hablando solo del tratamiento de ortodoncia, y no otras necesidades que puede requerir el paciente.
¿Qué información debe saber el paciente?
El paciente tiene derecho a una completa información sobre el problema que padece, sus características individuales, el tratamiento elegido y el resultado final previsto. Asimismo, debe conocer la duración aproximada del tratamiento, su coste total y la manera de hacerlo efectivo. El paciente o sus responsables no deben comenzar el tratamiento sin recibir previamente una completa información y aceptar sus términos en las condiciones establecidas.
Fuente [Abc.es]