El American Institute of Cancer Research (AICR) ha hecho advertencias sobre la mala alimentación y el cáncer, recomendándoles a todos reducir o evitar el consumo de ciertas comidas y bebidas que en la actualidad están invadiendo el mercado.
Es muy preocupante que muchas personas intenten justificar sus malos hábitos de vida con la popular frase “todo causa cáncer”.
Esta es cada vez es más común entre las personas por el hecho de que se viene advirtiendo de que muchas cosas que forman parte del estilo de vida moderno puede aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Lo cierto es que hay investigaciones científicas que sustentan muchas de esas advertencias y, aunque aún faltan más evidencias, se ha podido determinar que hay algunos alimentos comunes en la dieta que pueden aumentar el riesgo de sufrir alguno de los tipos de cánceres, ya que sus compuestos tienen un efecto negativo en el organismo.
Organismos genéticamente modificados (GMO)
Los transgénicos están invadiendo el mercado y las dietas, a pesar de que se ha comprobado que tanto los GMO como los productos químicos que se utilizan para su cultivo son causas potenciales de tumores en el organismo.
El interés de la industria alimentaria y las grandes compañías del mundo son los que han llevado estos alimentos a la mesa del consumidor, disfrazándolos de frescura y, sobre todo, mejor precio.
Entre los alimentos transgénicos más comunes se destacan:
Alimentos a base de maíz
Soja y sus derivados
Canola convencional (Colza)
Tomates
Carnes procesadas
Los cárnicos procesados como, por ejemplo, las mortadelas, tocino o salchichas, entre otros, contienen conservantes químicos que los mantienen frescos y atractivos para el consumidor, pero que también pueden provocar cáncer.
El nitrito y el nitrato de sodio hallados en este tipo de alimentos son los responsables del mayor riesgo de cáncer de colon y otros tipos de cánceres.
Por esta razón, a la hora de comprar este tipo de productos, lo mejor es asegurarse de que sea carne curada sin nitratos y, en lo posible, de una fuente animal alimentada con pasto.
Harina blanca refinada
Este ingrediente está presente en la mayoría de alimentos procesados, pero también está presente en muchas otras comidas que son comunes en la dieta y por esto, la preocupación ha aumentado, ya que las personas están excediendo su consumo de hidratos de carbono.
Un estudio publicado en la revista Cancer Epidemiology reveló que el consumo excesivo de hidratos de carbono puede aumentar hasta un 220% el riesgo de cáncer de mama en las mujeres.
Además, por ser alimentos de alto índice glucémico, incrementan los niveles de azúcar en la sangre y, por ende, alimenta las células cancerosas.
Azúcares refinados
Su dulce sabor lo ha convertido en un alimento muy adictivo que es casi imposible eliminar por completo de la dieta.
Este producto tan común está asociado con el crecimiento de las células cancerígenas, ya que las ayudan a metabolizar y proliferar en el organismo, reduciendo los efectos de los medicamentos para combatir la enfermedad.
Los azúcares refinados están presentes en alimentos como:
Jarabe de maíz de alta fructosa
Galletas
Tortas
Pasteles
Refrescos
Jugos
Salsas
Cereales
Alimentos salados
Las comidas saladas o conservadas con sal están relacionadas con el mayor riesgo de cáncer de estómago y de la nasofaringe.
Los expertos en salud se preocupan mucho por el consumo de este ingrediente ya que, además de estar presente en muchas mesas y cocinas, también forma parte de muchas comidas que se incluyen de forma habitual en la dieta, lo que se traduce en un exceso.
Lo peor es que, además de aumentar el riesgo de cáncer, la sal también está relacionada con el mayor riesgo de problemas cardiovasculares.
La recomendación es reducir al máximo el consumo de sal y verificar la cantidad que contienen los productos elaborados y conservados que se adquieren en el mercado.
Aceites hidrogenados
Por lo general este tipo de productos son utilizados en la conservación de alimentos procesados y con el fin de mantenerlos estables.
El problema es que ya está demostrado que este tipo de grasas alteran la estructura y la flexibilidad de las membranas celulares en todo el cuerpo, lo que conduce a enfermedades crónicas como el cáncer.
En la actualidad muchos fabricantes están sustituyendo poco a poco estos aceites por otros más seguros, como el aceite de palma.
No obstante, a pesar de esto, los hidrogenados siguen siendo los más utilizados en la fabricación de procesados.
Fuente: Mejor con salud