El presidente Barack Obama alcanzó una histórica reelección el martes en Estados Unidos frente al republicano Mitt Romney con un triunfo que, aseguró, lo inspira más que nunca para superar los gigantescos retos que tendrá ante sí en su segundo mandato.
"Sabemos en nuestros corazones que para Estados Unidos lo mejor está aún por venir", dijo el mandatario en un discurso en un centro de convenciones de Chicago ante miles de enardecidos seguidores, donde estuvo acompañado por su esposa Michelle y sus dos hijas.
"Ya sea que votaran por mí o no, los he escuchado. He aprendido de ustedes. Me hicieron un mejor presidente", expresó Obama, de 51 años, quien volvió a hacer historia el martes al ser reelecto, cuatro años después de haberse convertido en el primer negro en llegar a la Casa Blanca.
Asegurando sentirse "más determinado y más inspirado que nunca", lanzó un esperanzador discurso en el que tendió la mano a su rival republicano para "trabajar juntos", luego de haberlo vencido en una ruda y reñida competencia que no se definió sino hasta el último momento.
De su lado, en unas breves palabras en Boston, Massachusetts, donde fue gobernador, Romney reconoció su derrota una hora y media luego de conocerse los resultados, que dieron a Obama ganador con el voto popular y con más de 300 de los delegados del colegio electoral de 583 integrantes, que eligen al presidente.
"Este es un momento de grandes desafíos para Estados Unidos y rezo para que el presidente tenga éxito guiando a nuestra nación", dijo el exitoso empresario mormón de 65 años, al cerrar una carrera llena de éxitos profesionales y de fracasos políticos.
El multimillonario Romney basó su campaña en criticar el balance económico de Obama, quien a su vez se erigió en defensor de la clase media.
Un grito de júbilo se dejó escuchar en el país tras conocerse el triunfo de Obama, desde Chicago hasta Nueva York, pasando por la Casa Blanca, donde una multitud de admiradores se reunió cantando las consignas de "Cuatro años más", "USA, USA" y "Obama, Obama", desafiando al intenso frío.
En Times Square, uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York, miles de personas celebraron ruidosamente agitando banderas y cantando.
"Oh, Dios mío, estoy tan feliz", dijo Jill Zaggo, un comediante de Broadway, añadiendo que "con Romney teníamos tanto miedo porque él iba a recortar todos los fondos para los artistas".
La dura pelea entre Obama y Romney arrancó muy pareja al inicio de la velada electoral y el suspense solo se acabó hacia las 23H15 de la noche del martes (04H15 GMT del miércoles), cuando las principales televisoras anunciaron el triunfo de Obama en la gran mayoría de los estados clave, lo que selló su reelección. Obama, quien alcanzó la Casa Blanca en 2008 enarbolando un lema de esperanza y cambio, logró lo impensado: es apenas el segundo mandatario demócrata que logra un segundo mandato desde la Segunda Guerra Mundial, junto a Bill Clinton, y el primer presidente reelecto desde 1930 con una tasa de desempleo mayor al 7,2%.
Pero ahora el mandatario tiene por delante un catálogo de enormes retos, empezando por la necesidad de enterrar totalmente la crisis económica, resolver el déficit fiscal estadounidense, lograr la instauración de su gran reforma sanitaria y retirar a las tropas de Afganistán en 2014.
Una de sus promesas incumplidas ha sido la reforma migratoria, que no logró hacer avanzar en el Congreso, aunque se ganó simpatías entre los hispanos, la primera minoría del país con 52 millones de personas, al emitir una directiva en junio pasado que suspendió las deportaciones de jóvenes estudiantes sin papeles.
Obama insistió poco antes de las elecciones en que la reforma migratoria seguía siendo una de sus prioridades, pero para ello tendrá que sortear la oposición republicana, que el martes conservó su mayoría en la Cámara de Representantes, que renovaba sus 435 escaños.
En el Senado, donde estaban en juego un tercio de los escaños, los demócratas parecían retener su corta mayoría, pero eso podría no serle suficiente a Obama en el tema migratorio, muy polémico en este país donde viven más de 11 millones de indocumentados, la mayor parte de ellos hispanos.
Los hispanos dejaron en evidencia su fortaleza electoral al votar masivamente por la reelección del presidente Obama.
"Los latinos jugaron un papel clave en la configuración del paisaje político de la nación esta noche", dijo en un comunicado Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), una organización que había anticipado una participación récord de más de 12 millones de hispanos.
Además del voto hispano, el afroestadounidense, el voto de las mujeres y de los jóvenes volvieron a ser decisivos en la contienda, y le permitieron ganar a Obama el voto popular frente a Romney.
La elección presidencial fue el acontecimiento más tuiteado en la historia del país: más de 20 millones de mensajes enviados desde el principio de la jornada.
La jornada no estuvo exenta de algunas irregularidades, y en la madrugada del miércoles funcionarios electorales detuvieron el recuento de votos en Florida, único estado que no anunció resultados por la estrecha diferencia entre Obama y Romney, pero que ya no tendrá incidencia en el triunfo del mandatario.
El presidente, que volverá a la Casa Blanca la tarde del miércoles, comenzaba a ser felicitado por los líderes mundiales, como el presidente francés, Francois Hollande, el primer ministro británico, David Cameron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente chino, Hu Jintao.