El Campo de Detención de Guantánamo, ubicado en la isla de Cuba y administrado por Estados Unidos, luego de la guerra Hispano-Estadounidense que derrocó a las fuerzas españolas a comienzos del siglo XX, se ha convertido en un polémico centro de reclusión desde que fuese activado en el año 2002 por el expresidente norteamericano George W. Bush, para albergar a los prisioneros acusados como terroristas extremistas tras la invasión americana en Irak originada por los atentados de septiembre de 2011 en New York y Washington.
La Cárcel de Guantánamo en el ojo del huracán
Tras catorce años de disputa internacional donde se ha discutido la ilegalidad del centro para muchos países de la región y el medio oriente, el presidente saliente de EEUU, Barack Obama ha introducido esta semana un proyecto que espera sea aprobado por el congreso de su país para cesar las operaciones de la base naval como prisión; donde hasta finales de 2013 fueron albergados casi 800 detenidos, la mayoría de ellos pakistaníes y afganos, quienes, según las investigaciones de la justicia estadounidense pertenecían a células terroristas de los talibanes y Al Qaeda.
En enero de 2015 sólo se contabilizaban 91 reos, de los cuales 10 están a la espera de una sentencia por una corte federal americana, y 47 son catalogados como demasiados peligrosos para ser puestos en libertad; además, Estados Unidos alega que sus países de origen, dentro del mundo musulmán, han rechazado una posible repatriación, por ello, estas personas podrían ser trasladadas a 13 cárceles dentro de Estados Unidos, contemplado en la propuesta presentada por Obama, y que ahorraría a USA unos 85 millones de dólares por detenido.
Para 2008, el todavía presidente Bush admitía que Guantánamo había cumplido su función, por ello, no descartaba su posible cierre, además tuvo que confesar que algunos reos habían sido detenidos sin estar inmersos en delitos de terrorismo, contraviniendo la Convención de Ginebra, que otorga beneficios procesales a quienes son encarcelados por crímenes de guerra. Por ello, en la campaña presidencial de ese año, tanto el candidato republicano, John Mc Cain, y el demócrata Barack Obama, prometieron clausurar la base; y a pesar que Obama lo reiteró en 2009 en su toma de posesión, el triunfo mayoritario de sus adversarios en el congreso se convirtió en un obstáculo para cumplirlo. Mientras que el Supremo Judicial de USA ha alegado que los presos en Guantánamo pueden permanecer allí aun así no haya cargos contra ellos, sólo por ser considerados terroristas.
Actualmente los republicanos en EEUU han girado sus discursos, y aseguran que Guantánamo no puede ser cerrado, pues, las amenazas del terrorismo siguen aún más vigentes, haciendo referencia al temor por las amenazas del autoproclamado Estado Islámico, y la red violenta de Boko Haram en África. Aducen que Obama sólo pretende congraciarse con Raúl Castro en sus negociaciones por restablecer totalmente el comercio con Cuba, de allí su interés por clausurar el centro. En ese sentido, los nuevos candidatos conservadores por la Casa Blanca este 2016 han sido categóricos en señalar que no cerrarán la cárcel de Guantánamo, sino que desde allí ejercerán más presión hacia los extremistas; así lo aseguró el precandidato presidencial Marco Rubio.
Para Obama éste tema es una asignatura pendiente, muchos analistas describen que el presidente está al tanto de las vejaciones que los marines estadounidenses han cometido contra muchos de los ahí detenidos; violaciones a derechos humanos que organizaciones internacionales que velan en contra de éstos crímenes han denunciado, como: Amnistía Internacional y Human Rights Watch. La Organización de Naciones Unidas también en reiteradas ocasiones ha invitado al gobierno estadounidense para que tome medidas contundentes sobre éste particular; pues, en informes presentados ante esa institución, se ha dejado plasmado el testimonio de muchos reos que han señalado que la custodia en Guantánamo ha incurrido en torturas y ofensas que ellos consideran graves en contra de su religión islámica.
El Pentágono ha enviado ya lo propuesta de Obama al congreso pero, en la vorágine de la contienda electoral por alcanzar la presidencia en Estados Unidos, éste intento parece estar lejos de concretarse, y más teniendo la oposición de los republicanos.