El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado que la anexión de Crimea a la Federación Rusa no es un «asunto cerrado», en la medida en que la mayor parte de la comunidad internacional no ha reconocido como válido este cambio.
«Depende de Rusia actuar de forma responsable y demostrar, de nuevo, que pretende cumplir con las normas internacionales», ha dicho Obama al término de la cumbre sobre seguridad nuclear celebrada en La Haya, en la que los países del G-7 han hecho un frente común frente a Moscú.
El mandatario norteamericano, cuyo Gobierno ya ha impuesto dos rondas de sanciones contra dirigentes rusos, ha advertido de que, si Rusia no respeta la ley, habrá «algunos costes» más. Estos nuevos castigos, ha añadido, no sólo perjudicarían a Rusia sino también a las economías de otros países.
La comparecencia de Obama ha servido también para constatar cuál es la consideración de Rusia a ojos de Estados Unidos. El presidente estadounidense ha hablado del antiguo enemigo de la Guerra Fría como una «potencia regional». Según Obama, «Rusia es una potencia regional que amenaza a algunos de sus vecinos cercanos». En cambio, Estados Unidos acumula una «considerable influencia» sin necesidad de «invadir» otros países vecinos y mantiene con ellos una «intensa relación de cooperación».
El presidente ha asegurado que Rusia no supone la mayor amenaza para la seguridad nuclear de Estados Unidos. En este sentido, se ha mostrado más preocupado por la posibilidad de que una bomba nuclear caiga sobre Manhattan.
[Fuente: abc.es]