Reza el viejo refrán: “respeta pa’ que te respeten” y eso es precisamente lo que deben hacer las cuatro mujeres militantes del PSUV que actúan como rectoras del Consejo Nacional Electoral y como cabezas de playas de todo lo que diga Nicolás Maduro y el resto de los representantes del Castro-comunismo en Venezuela. No puede pedir respeto, quien irrespeta a quienes pide respeto.
Decía mi vieja María Figuera, quien no tengo dudas está en un sitio en el reino de nuestro señor Jesucristo, “el respeto hay que ganárselo” y eso es precisamente lo que no han hecho las cuatro mujeres militantes del PSUV al no responder de manera oportuna, tal como lo establece la Constitución Nacional, las 155 denuncias consignadas ante el CNE por el Comando Simón Bolívar.
No puede pedir respeto una señora que actúa y cobra sueldo como presidenta del CNE, como es la señora Tibisay Lucena que el día del funeral del difunto expresidente Hugo Chávez, se colocó el brazalete símbolo del golpe de estado sangriento del 4 de febrero de 1992 en su brazo izquierdo. No señor, un árbitro electoral y mucho mas su presidenta, tiene que ser como la mujer del Cesar, no solo “honesta”, sino parecerlo, y eso es precisamente lo que no han hecho las cuatro mujeres del PSUV que actúan como rectoras del CNE.
Es inaceptable que cuando el comando de campaña del gobierno de Nicolás Maduro se rasca una uña, inmediatamente las cuatro psuvistas rojitas representantes del régimen de Raúl Castro, inmediatamente se activan y aprueban lo que tiene que aprobar, tal como ocurrió con la prohibición de la cuña de la ONG, Mujeres por la Libertad y las de Ciudadanía Activa, pero cuando el Comando Simón Bolívar presenta los abusos de poder a través de las cadenas para hacer campaña electoral, la utilización de los recursos de PDVSA o de los ministerios, las cuatro rojitas del Psuv se hacen las “locas” y se ponen a mirar para el techo.
El caso de las claves que prenden y apagan las maquinas electorales que deben estar exclusivamente en poder de los técnicos del CNE, resulta que también está en manos de un militante del PSUV y para las cuatro mujeres militantes del régimen, especialmente su presidenta, eso no tiene importancia y que la alharaca armada por los miembros del Comando Simón Bolívar, forman parte del libreto para desprestigiar al CNE.
Las claves solo sirven para prender y apagar las maquinas, y de ninguna manera pone en peligro el secreto del voto ni la alteración de los números electorales, pero si pueden impedir que las maquinas se instalen a la hora señalada, ocasionando cansancio a los electores para obligarlos a retirarse y no votar. El 7 de octubre en muchos centros electorales las maquinas no pudieron arrancar y las votaciones se retrasaron hasta por ocho horas y las todas las maquinas afectadas, sin excepción, estaban ubicadas en centros donde el voto opositor es mayoritario, por eso nuestras sospecha sobre la culpabilidad del militante del PSUV que tiene las claves para prender y apagar las maquinas.
Igualmente cuando el ministro de la Defensa, almirante Molero, llamó a votar por Maduro para darle en la madre a los facistas de la oposición y además ordenó cerrar la frontera el martes 9 de abril dejando a miles de venezolanos atrapados en Colombia, las cuatro mujeres rojas rojitas, voltearon para un lado y hasta los momentos no han dado una respuesta a esas denuncias presentadas por los miembros del Comando Simón Bolívar.
Así que hay que respetar para que lo respeten y el domingo 14 de abril todos a votar para que regrese el respeto a Venezuela.
Gerónimo Figueroa Figuera / @lodicetodo