Tal como lo dijo Don Rómulo Betancourt el 13 de septiembre de 1941, el partido Acción Democrática nació para hacer historia, y sin ninguna duda, así lo hizo, pero a los 72 años de su fundación necesita refrescarse para que no desaparezca como sucedió con otros partidos que aportaron mucho para consolidar la democracia venezolana. Mas del 70% de la infraestructura que tiene nuestro país, fue realizada por gobiernos presididos por militantes de Acción Democrática, sin embargo, las nuevas generaciones integradas por mas del 60% de los venezolanos menores de 30 años, no lo saben.
Son muchas las generaciones que fueron capadas y que se siguen capando. Los que agarran el coroto no lo quieren soltar, se comportan como dueños de haciendas en tiempos de la colonia, sin dar chance ni procurar fortalecer a los liderazgos de las nuevas generaciones. Se consideran dueños del partido y lo manejan como franquicia. AD perdió la vocación de poder con el cual nació y el último candidato presidencial militante del partido, fue Claudio Fermín el año de 1993, electo en primarias que le ganó a Carmelo Lauría.
Se perdió también la democracia interna. Es pecado emitir opiniones que favorezcan nuevos liderazgos, sin correr riesgo de ser regañado o expulsado. En los actuales momentos, para aspirar a cualquier cargo de dirección nacional, es requisito estatutario inscribir planchas completas en los 335 municipios. Si es regional en todos los municipios del estado y en todas las parroquias si es municipal. En AD el mando es vertical, lo cual impide que surjan nuevas planchas a competir con quien tiene el poder en el partido y por eso en los últimos procesos no habido elecciones sino proclamaciones a una sola plancha, lo cual obliga a rendir culto a la personalidad.
Con todo lo que han satanizado a Luis Alfaro, en 1996 convocó un proceso interno para elegir por la base a todos los cargos de dirección en la estructura. Hubo dos planchas, la de Alfaro y la de Héctor Alonso López. Alfaro ganó la presidencia, la secretaria general, organización, las secretarías administrativas y el 70% de los secretarios políticos, mientras que Héctor Alonso López ganó el 30% los secretarios políticos del CEN y algunas seccionales como Caracas. Sin duda hubo ventajismo, pero nunca impedimento para participar, aunque las listas estuviesen incompletas y no inscritas en los 335 municipios.
Sin dudas, el partido viene en franco retroceso. En 1998 para las elecciones presidenciales con un padrón de 11 millones presentado por el CNE, AD sacó 500 mil votos, mientras que en las elecciones de gobernadores de 2012 cuando se midió la tarjeta por última vez, con 18 millones en el padrón electoral, sacó 400 mil votos. Sobre esa situación de retroceso electoral, nunca habido intención de revisarla y con relación a las elecciones municipales del 8 de diciembre, no sentimos a la dirigencia de AD haciendo campaña, ya no hay vocería semanal fijando posición sobre los problemas del país.
En las primarias de 2012 para elegir candidato presidencial de la Unidad, Pablo Pérez de UNT, candidato adoptado por el CEN fue derrotado de manera aplastantemente. Algunos dirigentes plantearon abrir una discusión interna para buscar las causas, pero nunca el CEN lo aceptó. En Anzoátegui por ejemplo, Barreto Sira sacó 90 mil votos, mientras que Pablo Pérez 48 mil. Eso pudo ser producto que la designación de Pablo Pérez como precandidato de AD, no fue la mas acertada.
Con las candidaturas que correspondieron al partido Acción Democrática en la MUD para diputados en 2010, hubo malestar en la base partidista por la forma como fueron asignadas algunas de ellas y ahora ocurre lo mismo con las de concejales, se quejan que no fueron tomados en cuenta los verdaderos dirigentes locales.
Como estoy seguro que no faltará alguien que pregunte que nos pasó, le digo que estas críticas no significan que me voy de la MUD, votare con su tarjeta porque tengo un compromiso con mi país y con mi familia, especialmente con mis nietos.
@lodicetodo / Gerónimo Figueroa Figuera.