Nada obligado es bueno. En los regímenes fascistas y autoritarios es crear leyes y normas para meter miedo y reprimir a la población, tal como lo ha hecho esta mal llamada revolución bolivariana durante 15 años. Lo último es la ley prohibiendo alimentar a los niños con fórmulas lácteas a través de teteros, sino con la lactancia materna. El planteamiento no es malo sino la forma como se quiere implementar.
No sabemos que dice la ley en cuestión porque hay un secretismo extremo con el articulado, pero no sería extraño que pongan sanciones como cuando una madre en una plaza pública cometa el “delito” de darle alimento a su hijo con un tetero y un policía nacional se la lleve detenida por haber violado la ley.
Los expertos siempre han sostenido en los primeros meses de los niños la mejor y mas sana alimentación es la lactancia materna, ella permite un mejor crecimiento y desarrollo intelectual en el futuro, sin embargo es necesario que la madre esté enterada de esa situación para que, en vez de ser obligada por una ley represiva, lo haga por amor por sus hijos. Todo obligado y represivo, siempre genera rechazo y es muy peligroso que se genere una matriz de opinión en contra lo que debe ser la sana alimentación de nuestros niños.
En vez de utilizar medidas militaristas represivas, hay que aplicar la inteligencia para la educación, pero pareciera que es mucho pedirle a un régimen como este. En vez de divulgar tanta basura ideológica por mandato de la ley resorte, el gobierno debe utilizar esos espacios gratis en los medios de comunicación social para desarrollar una campaña bien orientada a crear conciencia entre la población, especialmente las madres, para que por la vía de la educación y el amor se entienda lo importante que es para los niños la lactancia materna.
Los textos de las cuñas deben contener mensajes claros y sencillos, sin ningún colorante ideológico y que puedan ser entendidos por toda la población. Esos textos deben ser elaborados por gente especializada en la materia, que suponemos debe haber en el gobierno y no la tienen, deben pedir ayuda a expertos no gobierneros para que colaboren en esa campaña tan importante para las futuras generaciones de venezolanos.
Seguramente Diosdado Cabello, padre de la idea para aprobar la ley, pudiera estar pensando que prohibiendo la publicidad de fórmulas lactantes, que tampoco se pueden satanizar porque siempre han existido, los venezolanos se van a olvidar de la escasez de esos productos preparadas por expertos, ni que las madres venezolanas podrán protestar cuando no la consigan en los anaqueles para preparar los teteros, que también es un derecho de las madres para alimentar a los niños.
En Venezuela 7 de cada 100 mujeres por razones de salud no están en condiciones de amantar, las cuales tienen necesariamente que usar fórmulas lácteas, corriendo el riesgo de ser sancionadas con la ley . Igualmente hay madres que viven en Guarenas o Guatire, pero trabajan en el municipio Libertador de Caracas y tienen que salir de sus casas por lo menos a las cinco de la mañana para estar en el trabajo a las ocho de la mañana. Es cierto que les dan la tarde libre para amantar, pero que come el niño desde la hora que sale la madre de la casa a las cinco de la mañana hasta las dos o tres de la tarde cuando la madre estaría regresando a la casa. Estamos hablando de casi 10 horas que el niño estaría privado de la lactancia materna.
Asi que el problema no lo resuelve una ley represiva, sino una campaña educativa para crear conciencia ciudadana. Además es importante implementar programas sociales que beneficien a las madres y los niños.
Por: Gerónimo Figueroa / @lodicetodo