La mujer también acusó este domingo al gobierno mexicano de convertir a su esposo en el narcotraficante más buscado del mundo, y lo definió como una persona cariñosa y muy inteligente. Fuente.
«El gobierno se encargó de hacer ver a Joaquín Guzmán como el capo más buscado del mundo, no significa que él se haya convertido en el capo más buscado del mundo», dijo.
«No sé si lo han querido hacer conscientemente o para tapar cosas más importantes, porque se me hace bastante exagerado la serie de cosas que sacan y dicen», precisó.
«A mí no me consta que trafique con drogas», subrayó.
Coronel, de 26 años, defendió en todo momento la presunción de inocencia de su esposo, que fue recapturado el 8 de enero tras permanecer seis meses desaparecido.
El líder del cartel de Sinaloa logró burlar la seguridad y dejar en evidencia al gobierno de Enrique Peña Nieto cuando escapó de un penal de alta seguridad en julio de 2015.
«Todas esas cosas que dicen (sobre él) son puras meras suposiciones, porque él todavía no ha sido juzgado ni sentenciado, no se le han comprobado sus delitos», aseguró la mujer.
La justicia mexicana está ultimando su extradición a Estados Unidos, donde tiene casos abiertos en una decena de ciudades por narcotráfico, homicidio y secuestro.
Su esposa negó por otra parte que Guzmán sea uno de los hombres más ricos del mundo, al asegurar que desconoce dónde está el supuesto dinero que se le atribuye.
Coronel dijo temer por la vida de «El Chapo» entre rejas, ya que las autoridades «están tratando de cobrarse su fuga, lo están castigando».
Además, se quejó de que los funcionarios lo tienen «sometido» en una celda fría, vigilada las 24 horas y custodiada por perros.
«Le están pasando lista cada hora, no lo dejan dormir, no tiene privacidad para ir al baño, no lo sacan ni siquiera a caminar al patio», explicó.
Un ‘sol’ de hombre
La entrevista, realizada el 12 de febrero en Culiacán -la capital del estado de Sinaloa (noroeste)-, sirvió para que la mujer revelara algunos rasgos de la personalidad de Joaquín Guzmán Loera, de 61 años.
«Es muy atento, cariñoso, respetuoso, alegre. Hace que se te olviden los problemas. Es muy inteligente, su inteligencia se basa en los golpes de la vida», explicó.
Ambos se conocieron cuando ella tenía 17 años. De él le gustaron su «plática» y su forma de tratarle. «Me inspiró muchísima confianza», precisó. «Estoy enamorada».
«El Chapo», de su lado, quedó prendado de su belleza: melena larga y ondulada, tez blanca, ojos almendrados, nariz respingona y labios carnosos.
Se casaron en cuanto ella cumplió la mayoría de edad. Su boda fue «muy chiquita, con pura familia», al contrario de lo que se dice, y no acudió ninguna autoridad.
Desde su matrimonio ha tenido que cambiar de casa constantemente para preservar la seguridad de Guzmán. Él primero buscaba un refugio y ella se mudaba luego.
La pareja tiene dos niñas de casi cinco años que nacieron expresamente en Estados Unidos para que tuvieran la doble nacionalidad, al igual que su madre, nacida cerca de San Francisco.
Su gran preocupación es que «de grandes puedan ser juzgadas, que las puedan señalar por cosas que ellas no tienen ni idea o que les hablen mal de su papá».