Los colegios de Newton, que han permanecido vacíos desde el tiroteo que se cobró la vida de 26 personas, volverán a recibir a estudiantes y profesores el martes en un intento por recobrar la normalidad.
La escuela Sandy Hook en el estado de Connecticut, cuatro días después de que Adam Lanza, de 20 años, abatiera a 20 niños de 6 y 7 años y a seis profesoras y personal de la escuela, permanecerá cerrada.
El colegio se ha convertido en la escena del crimen, con la policía entrando y saliendo, y ha sido decorado por los visitantes con animales de peluche, flores y globos en homenaje a las víctimas.
La masacre -una de las peores en la ya trágica historia de tiroteos de Estados Unidos- ha conmocionado a los ciudadanos, ha llevado a varios congresistas a pedir mayores restricciones a la posesión de armas y ha animado a los directores de las escuelas a revisar sus protocolos de seguridad.
La policía de Newtown desplegará agentes en los seis colegios que reabren el martes, con el objetivo de llevar seguridad a alumnos y profesores. El teniente George Sinko admitió que la tarea de calmar a los alrededor de 4.700 estudiantes y a sus familias no será sencilla.
“Obviamente, va a haber mucha aprensión. Acabamos de pasar por una tragedia horrorosa. Teníamos bebés en esa escuela que debían estar a salvo y no lo estuvieron”, afirmó el agente policial. “No puedes evitar pensar en que esto podría pasar otra vez”.
Mientras las autoridades educativas deciden cuándo retomar el funcionamiento del colegio Sandy Hook, sus alumnos acudirán al vacío Chalk Hill School en la cercana localidad de Monroe.
En Washington, la masacre llevó el lunes al presidente Barack Obama a pedir un encuentro con asesores en la Casa Blanca para abordar modos de responder a lo ocurrido. Los planes del Gobierno de reducir la violencia no sólo incluyen medidas para controlar las armas, afirmó un vocero.
La policía por su parte, ha advertido que podría tardar meses en acabar su investigación sobre el ataque, que empezó cuando Adam Lanza mató a su madre, Nancy, en casa, antes de conducir a la escuela armado con un fusil Bushmaster AR 15 y dos pistolas. Tras matar a 26 personas en el colegio, se suicidó al escuchar la llegada de la policía.