El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, amado y odiado, casi por igual, continuador de las políticas de Hugo Chávez, cumplirá mañana dos años en el poder, en un aniversario que encuentra al país en agitación y crispación. Maduro pasó de ser el «heredero político» del fallecido líder Chávez a convertirse en un «dictadorzuelo de segunda categoría» que pelea con todo el mundo y ve «conspiraciones y guerras económicas» por todas partes, coincidieron analistas.
«Tenemos un presidente iracundo, fuera de sus cabales, que pierde el norte y las estrategias por razones emocionales, que pelea con España, Estados Unidos, Chile, México y Colombia y que lo único que le falta es declararle también la guerra a Cuba y decir que desde ahí se conspira en su contra», dijo Vladimir Gessen, psicólogo y analista político en diálogo con ANSA.
Para Gessen el balance de la gestión de Maduro «es muy negativo para Venezuela y para él por múltiples razones, entre ellas la diplomacia que ha ido de fracaso en fracaso».
«A diferencia de Chávez, que de alguna u otra manera, sabia colocarse en la esfera internacional como una persona que luchaba por las clases populares y que tenía una idea de cómo cambiar a Venezuela, Maduro luce destemplado y sin la sindéresis, tranquilidad y serenidad que tiene que tener todo presidente para ejercer sus funciones», afirmó. Proclamado por Chávez como su «sucesor» el 8 de diciembre del 2012, Maduro ganó las presidenciales el 14 de abril del 2013 con una ventaja de 1,49%, poco más de 200 mil votos sobre el opositor, Henrique Capriles, quien desconoció e impugnó los resultados.
«Hoy por hoy no hay país en el mundo que no considere a su gobierno despótico, seudo dictatorial que lo cuestione y lo repudie a él como a su gobierno», sostuvo altamente crítico Gessen. También destacó la declaración contundente que presentaron los 26 expresidentes sobre la situación de Venezuela y los presos políticos en la reunión de la séptima Cumbre de las Américas, días atrás en Panamá.
«Eso no había ocurrido nunca pero es que también acto seguido se pronunció por la misma causa, el congreso de Chile, el senado de Colombia y el español», comentó.
Para Gessen «la acentuada» escasez de alimentos y productos básicos que «ha llegado a límites porcentuales intolerables»; la devaluación de la moneda (de 6,30 a 200 bolívares por dólar la tasa oficial mientras que la extraoficial alcanza casi los 300 bolívares); el deterioro del poder adquisitivo y la tasa de inflación más alta de la región, son indicadores de la debacle económica que sufre el país.
Además, prosiguió, hay que agregarle los escándalos de corrupción que «sobrepasan cualquier limite decente y que incluso el gobierno reconoció»; la inseguridad que «raya en los límites absolutamente desfasados de un país normal» y la baja en los precios del petróleo en el mercado internacional marcan los dos años del gobierno de Maduro.
«Mi recomendación (a Maduro) es que se sosegué, haga una catarsis, que aprenda a manejar la ira y que empiece a gobernar de una manera coherente y lógica antes de que se le vaya de las manos el país», advirtió Gessen.
En tanto, para el economista Francisco Faraco, la gestión de Maduro «no tiene cero sino menos infinito». «Aquí no hay ninguna cuestión en la cual uno pudiera decir que lo ha hecho bien», sentenció Faraco.
A su juicio las «guerras» que adelanta con países como Estados Unidos y España entre otros, «son rugidos de ratón que nadie les hace caso». «Maduro tuvo la mala fortuna de heredar de Chávez como activo la presidencia y como pasivo la crisis que lleva más de 14 años porque todo esto que se están viviendo es obra de Chávez», expresó.
A su vez, Froilán Barrios, presidente del Movimiento Laborista dijo a ANSA que «el presidente civil resulto ser peor que el militar para los trabajadores». «Si bien es cierto que los trabajadores teníamos problemas con Chávez, con Maduro la persecución a la libertad sindical y la represión es mayor, así que el termino ese de ‘presidente obrero’ le queda muy grande», aseveró.
«Mientras no haya en el país una unidad nacional, el gobierno va a seguirá actuando con las manos libres a sus anchas porque no hay un contrapeso en Venezuela y eso es culpa de todos los venezolanos que deberíamos entender que para superar esta terrible encrucijada necesitamos el apoyo de todos», concluyó.
En vísperas del aniversario, el chavismo cierra filas detrás del presidente, frente a los embates del exterior. «En Venezuela mandan los venezolanos y las venezolanas, no los imperios» ni potencias extranjeras, afirmó Maduro el viernes a última hora. En un acto oficial desde el estado Barinas (al oeste del país), el jefe de estado reiteró la necesidad de continuar de casa en casa recolectando las firmas para rechazar el decreto de emergencia emitido el pasado 9 de marzo por Estados Unidos, en el que se calificó a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria». Maduro recordó que la semana pasada, en Panamá, le dijo al presidente estadounidense: «Obama, usted ha ofendido gravemente a Venezuela, pero a pesar de eso yo le tiendo mi mano para hablar de cara a cara». «El comandante Chávez jamás fue enemigo de Estados Unidos (…) eso sí, somos revolucionarios le dije, eso sí somos muy antiimperialistas, no queremos ser vasallos de nadie. A Venezuela la mandamos los venezolanos y las venezolanas, no los imperios», expresó Maduro haciéndose fuerte frente a los foráneos y considerado «el heredero» por sus seguidores.
Fuente: [ansa.it]