Esta semana vemos nuevamente que los ministros vuelven a poner sus cargos a la orden como parte del «sacudón» anunciado por el Presidente Maduro.
Esperamos esta vez por el bien del país, del gobierno, inclusive de todos, que no ratifique a ninguno. Hay que recordar que es la segunda vez que los ministros hacen lo mismo con Nicolás.
El año pasado lamentablemente fue sólo un capitulo de algo así como atrévete a soñar y terminó ratificándolos a todos nuevamente, en aquella etapa denominada por el gobierno como “Eficiencia de Calle”.
Ahora hablan que el Gabinete ministerial pone sus cargos a la orden para contribuir con el “supuesto” proceso de transformación del Estado; el anuncio lo hace el Vicepresidente Arreaza diciendo que reflexionaron. Aspiramos que no sea un nuevo cuento, una nueva campaña de esas a las que nos ha acostumbrado este régimen, lo correcto sería que renuncien de manera irrevocable, porque hablar de una “modernización” y mencionar un supuesto equipo de trabajo con los mismos actores -que toda Venezuela sabe que han sido ineficientes, incapaces- es más que imposible. Sí priva verdaderamente la sensatez, estos personajes se apartarían definitivamente, inclusive debería retirarse el régimen pleno, en fin, todos aquellos que han sido “colaboradores” a lo largo de estos 15 años, en esto que ni es chicha, ni es limonada.
Este régimen, para que pueda dar un verdadero vuelco y reorganizarse, debe arrancar con nuevas caras, que en primer lugar estén convencidos de que este no es el modelo que nos va a sacar del atolladero ¿O es que acaso señores como Rafael Ramírez, así como los jefes de los distintos institutos, entre otros, están libres de culpas?
Ojalá ese análisis haya sido en profundidad, porque la burocracia ya se los comió, no valen las palabras, el pueblo quiere hechos, esas consignas que no pasan de ahí cuando tienen que ser realmente eficientes.
Por eso estoy convencido que los ministerios y viceministerios son la principal causa que ha generado esta alta burocracia e ineficiencia, por lo tanto, es importante que se reduzca el número de gabinetes, que se nombren a personas preparadas y dejar a un lado el militarismo, el amiguismo revolucionario, así como el compromiso Castro-Comunista con un legado que los ha hecho un gobierno atípico, sin poder echarle la culpa al gobierno anterior, lo que lógicamente acabaría entre otras cosas, con ese fulano cuento de seguir con el “Legado de Chávez”.
De igual manera, el gobierno debería dejar su empeño inconstitucional de querer hacer un Estado socialista a lo macho, a juro, cuando nuestra CRBV, no habla en ninguno de sus artículos y/o principios de tal barbarie.
Otro punto importante es que se tome en cuenta la “honestidad máxima”, planteada en la lista de “Revisión” del Primer Mandatario desde meses pasados.
Por último y no menos importante la corrupción galopante, desmedida que se ha devorado las divisas del país, abonando a la crisis económica que nos afecta y que a fin de cuenta estamos pagando los venezolanos.
En resumen, no bastaría solamente con renuncias y nuevos nombramientos, el Gobierno debe llamar a un acuerdo nacional con todos los sectores del país para poder salir de esta grave crisis por la que hoy atraviesa nuestro país.
Por Omar Ávila