Es un hecho, eventualmente colonizaremos Marte. Sin embargo tenemos primero que resolver un pequeño problema: No vamos a enviar ladrillos ni cemento de construcción a más de 56 millones de kilómetros porque son materiales demasiado pesados. Para solucionar esto, la NASA ya está trabajando en diseñar microbios para que fabriquen materiales de construcción.
La Iniciativa de Biología Sintética de la NASA está trabajando en diversos microorganismos para que podamos usarlos para colonizar el planeta rojo. Para ésto usan una ‘caja de herramientas’ biológica, que consiste en un montón de genes llamados ‘bioladrillos’, y que al ser insertados dentro de microbios, éstos realizan alguna función específica como generar anticongelante.
Si bien la atmósfera de Marte puede ser un problema debido a su alta cantidad de dióxido de carbono y nitrógeno, existe una vieja cyanobacteria llamada Anabaena capaz de vivir cómodamente en esas condiciones, siempre y cuando se la proteja de la radiación ultravioleta.
Gran parte de la energía generada al procesar el CO2 y el nitrógeno es consumida por la bacteria, pero ya se encontró un método –insertando material genético de la E. coli– para que la Anabaena excrete azúcares que podrían sostener colonias de otras bacterias, las que por su parte se podrían usar para construir aceite, plástico o combustible para los astronautas.
A modo de ejemplo, un equipo liderado por André Burnier encontró la forma de crear ladrillos y cemento con microorganismos: Comienzan tomando una bacteria llamada Sporosarcina pasteurii, la que tiene la propiedad de procesar la urea (de la orina) y convertirla en amonio.
Ésto le otorga las suficientes propiedades alcalinas al ambiente de Marte para que se forme carbonato de calcio, más conocido como caliza y uno de los elementos indispensables para hacer cemento. O sea, los desechos de los astronautas servirán para que las bacterias hagan cemento en Marte.
El equipo confirmó mediante experimentos que un ‘ladrillo’ generado durante dos semanas por la Sporosarcina pasteurii puede tener la dureza de un ladrillo de concreto. También lograron aislar el componente genético de la bacteria para crear un ‘bioladrillo’, el que se puede insertar en la E. coli para que realice las mismas funciones que la Sporosarcina pasteurii.
Eso si, son prudentes respecto a contaminar Marte con microorganismos terrestres, por lo que creen que tardarán décadas antes de enviar las primeras colonias de bacterias, usando de momento sólo misiones con robots.