El desabastecimiento en los municipios del eje fronterizo es preocupante. Desde hace 12 días no reciben surtido de alimentos y productos farmacéuticos, incluso el combustible ha empezado a escasear. El comercio y las industrias trabajan a media máquina, al tiempo que los puentes internacionales han sido cerrados del lado colombiano por los denominados «pimpineros».
La situación ha sido catalogada por el presidente de la Cámara de Comercio de Ureña, Isidoro Teres, como muy grave, de desbarajuste total. Explicó que el eje fronterizo se enfrenta a tres frentes distintos. Por el lado venezolano, las protestas en contra del Gobierno nacional; mientras por el lado colombiano, las personas dedicadas al contrabando de extracción manifiestan su descontento por los controles establecidos; y además está la Guardia Nacional.
Esto ha traído como consecuencia un incremento en el desabastecimiento habitual de la zona, que ya llega a niveles de escasez y alarma a la población en general. Teres, explicó que la mayor preocupación es la falta de productos farmacéuticos. «En estos momentos de protesta y enfrentamientos es preocupante que no tengamos ni siquiera suturas para socorrer a quienes pudieran resultar heridos.
Estamos rogando no haya episodios violentos porque no hay cómo atender a las personas. En los hospitales mandan a los pacientes a comprar insumos y medicamentos en las farmacias, pero éstas tampoco cuentan con los mismos. Tenemos 12 días sin recibir suministros».
En cuanto a la actividad económica, manifestó que tanto el comercio como la productividad están prácticamente paralizados. «Trabajan a media máquina, y a medida que pasan los días es peor porque se van quedando sin insumos para laborar. Transporte público no hay desde hace varios días. Las barricadas impiden el libre tránsito por calles y avenidas. En el eje fronterizo hay un verdadero desbarajuste», dijo el presidente de la Cámara de Comercio de Ureña.
En cuanto a su posición con respecto a las protestas en contra del Gobierno nacional que mantienen la economía en la entidad prácticamente paralizada, explicó que hay que ser muy cauto al emitir cualquier comentario. «La Cámara de Comercio no puede ir en contra de las protestas pacíficas, pero abogamos por el diálogo. En la mesa el juego se tranca por no ceder y dialogar. Nosotros hacemos un llamado al diálogo para reconstruir la paz».
Concluyó explicando que nos enfrentamos a un fenómeno novedoso en el país. «No habíamos conocido situación similar en Venezuela. Hay posiciones radicales que impiden el entendimiento, y si no hay arreglos, el país seguirá en una espiral de violencia que no queremos», afirmó.
Más trabas
La economía ha caído en un nuevo estancamiento. La paralización de actividades comerciales y productivas no trae ningún beneficio al país y a sus habitantes. Las protestas, el cierre de vías y la inestabilidad política están afectando gravemente al sector económico, bastante golpeado por la falta de materia prima, la escasez y la inflación.
[Fuente:; diariodelosandes.com]