Una ballena de más de 18 metros de longitud murió hoy varada en la playa de Breezy Point del barrio neoyorquino de Queens, pese a los intentos de biólogos y voluntarios de ayudar al mamífero, que fue descubierta el miércoles por un vecino de la zona.
Según informó hoy el diario «The New York Times», los biólogos realizarán una autopsia para averiguar la causa de la muerte y todavía se desconoce dónde se depositará su cuerpo, aunque se baraja la posibilidad de devolverla al mar o enterrarla en tierra.
El animal, una ballena de aleta macho, la segunda especie más grande tras el rorcual azul, fue avistada sobre la arena de la playa por un residente de Queens, una de las zonas más afectadas por el paso del huracán «Sandy», quién inmediatamente llamó a los servicios de emergencia.
Pese a que en un primer momento se pensó que la ballena estaba muerta, los biólogos certificaron que estaba viva, aunque aseguraron que había pocas posibilidades de que pudiera sobrevivir porque estaba en mal estado físico.
Durante el día de ayer, voluntarios y biólogos atendieron al mamífero mojándolo con una manguera para mantenerlo húmedo y ayudarlo a seguir respirando.
Por la noche, en medio de la tormenta invernal que provocó la subida de la marea en la costa de Nueva York, la ballena se alejó de la orilla y regresó por la mañana, pero cuando las autoridades intentaron atenderla ya estaba muerta.
Se espera que la autopsia revele la causa, aunque los especialistas sospechan que el animal pudiera estar enfermo desde hace tiempo y que llegara hasta la costa de Nueva York a causa de su debilidad.
[Agencia: EFE]