Motivos para hacer repostería en casa

La repostería no es la mejor aliada de nuestra dieta pero… ¿qué sería la vida sin los pequeños caprichos? Sin un poquito de dulce por aquí, de chocolate por allá, de yema tostada por el otro lado… Además, si la repostería es casera podemos apoyarnos  hasta en tres motivos de peso para aliviar la culpabilidad generada por las calorías de más. ¿Queréis conocerlos?.

1. Salud: Puestos a comer dulces, mejor hacerlo de la manera más saludable posible, ¿no?. Haciendo repostería en casa sabemos qué ingredientes estamos utilizando, en qué proporciones los empleamos y que el resultado final será natural y más sano que si se tratara de repostería industrial. Este aspecto, según un estudio realizado por Tulipán, es el que provoca que un 51% de personas (de una muestra de 1.006 españoles) se hayan decidido a probar suerte con la repostería casera con cierta frecuencia. A día de hoy, un 31% de personas preparan dulces entre una y dos veces a la semana y la mayoría de ellas viven en Andalucía, Murcia y las Islas Canarias. ¿Os encontráis en este grupo?

2. Ahorro: Es otro factor a tener en cuenta aunque, según el estudio de Tulipán, sólo hay un 4% de personas que realizan repostería casera como medida de ahorro en el hogar. Se le da más importancia a la salud y al tercer factor: compartir momentos únicos con los más pequeños.

3. Pasar tiempo en familia: El 68% de los encuestados por Tulipán explicaron que realizaban repostería casera como parte de los planes familiares. Es una excusa perfecta para pasar tiempo con los más pequeños, que se distraigan y que participen del proceso creativo de elaborar un pastel. Según ha explicado la coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitario Universitario de Santiago para Tulipán, Rosaura Leis, cocinar en familia es “una magnífica actividad para la educación nutricional y la transmisión de la importancia de la alimentación y de la adquisición de patrones alimentarios saludables desde muy pequeños”.

“Compartir estos momentos con los niños, sobre todo si se hace desde una perspectiva lúdica,ayuda a su desarrollo cognitivo y psicomotor, al emplear distintos utensilios y objetos. Además, mejora su comunicación con el entorno, educando niños más sociables y abiertos (…) Educarles en la cocina supone también un aprendizaje de hábitos alimenticios, enseñándoles a elegir los alimentos que deben formar parte de su dieta habitual, cuáles son los que deben consumir ocasionalmente y qué técnicas culinarias conservan mejor sus propiedades nutricionales”, ha sentenciado.

[Fuente: nosotras.com]