Hace un año llegó el Sony Xperia Z con una características principal y diferenciadora: ser resistente a los golpes, y sobre todo al agua. No fue el primero, pero sí se avanzó al resto a la hora de ofrecer un producto comercial mayoritario, con buen diseño, y sobre todo con lo que llamamos tecnología invisible: una capacidad que pasa desapercibida y es discreta, pero funcional. A lo largo de todo 2013, Sony convirtió esta capacidad en algo característico de sus “high-end”, siendo replicado por más fabricantes como Samsung con el Galaxy S4 Active. Lo curioso llega cuando un modelo sin esta capacidad entre sus características demuestra ser resistente al agua, el Moto G.
Del Moto G hemos hablado maravillas, y no es para menos. Pero en ningún momento se anunció que tuviese ningún tipo de certificación como la IP55 o la IP58. Simplemente se dijo que algunos de sus componentes internos tenían una protección nano-coating.
Ahora descubrimos que esta protección puede ser más eficaz de lo que imaginábamos, gracias a Erica Griffin, quien probó la protección del Moto G haciendo algunas pruebas que causan dolor al corazón a primera vista. Primero sumergió el Moto G durante 15 segundos. Todo bien. Luego durante 30 segundos. Todo seguía bien. Y luego el final round, donde supongo que habrían serias dudas pero finalmente el Moto G hizo un “perfect”. 30 minutos bajo el agua, y el Moto G demostró continuar funcionando perfectamente, aunque como decía Erica, pesando más por el agua retenida.
[Fuente: celularis.com]