La Junta Militar que gobierna en Tailandia justificó hoy el golpe de Estado como una medida para evitar la caída del país tras el intento infructuoso de acercar posturas entre los bandos políticos enfrentados.
«No fue una acción premeditada. Nos vimos forzados a entrar en acción para prevenir que Tailandia se convirtiera en un Estado fallido», señaló el general Chatchalerm Chalermsukh, en la primera comparecencia de los militares ante los medios internacionales.
El militar admitió que la medida tomada fue «ilegal», ya que no contaba en ese momento con la aprobación Real, y que podía ser considerada como un acto de «alta traición», cuya condena es la muerte.
No obstante, el Ejército, a su parecer, se vio obligado a tomar medidas para «enfriar» las tensiones entre el depuesto Gobierno y los manifestantes antigubernamentales que podría desembocar en una Guerra Civil.
Desde que comenzaron las últimas protestas antigubernamentales, en octubre de 2013, 28 personas han perdido la vida y más de 800 han resultado heridas.
«No tenemos la ambición de aferrarnos al poder», apuntó el general, quien dijo que sin la actuación de los militares había un alto riesgo de que el Ejecutivo no pudiera aprobar los presupuestos para el siguiente ejercicio.
Los últimos datos señalan una contracción de la economía tailandesa en el primer cuarto del año, algo que no sucedía desde la crisis económica del 1997, y las previsiones del crecimiento del Producto Interior Bruto han sido rebajadas a entre el 1,5 y 2,5 por ciento.
Hace una semana, el jefe del Ejército de Tailandia, el general Prayuth Chan-ocha, asumió el control del país para salvaguardar la «paz y el orden» en Tailandia.
[Fuente: EFE]