Seguramente habrás observado más de una vez un gesto de disgusto, un rubor inesperado, o una bajada drástica del tono de voz cuando se pronuncia la palabra menopausia.
También te habrás dado cuenta que son muchas las mujeres que esconden los síntomas de la menopausia dándoles un origen que nada tiene que ver con este proceso natural por el que todas las mujeres hemos de pasar.
¿Por qué esa necesidad de ocultar la menopausia?, ¿por qué los síntomas de la menopausia siguen causando vergüenza?, ¿por qué algunas mujeres ponen punto y final a su vida social y sexual cuando llegan a la menopausia?. A nosotras nos gustan las cosas claras. Y también nos gusta hablar con naturalidad de la menopausia.
Mitos sobre la menopausia
Algunos (o muchos) procesos fisiológicos de la mujeres han permanecido ocultos durante siglos, como algo vergonzoso, como algo que tenía que permanecer en la esfera más privada, de forma que ni siquiera familiares y amigos cercanos podían hablar sobre ellos. Ocurre, por ejemplo, con la menstruación; pero también con la menopausia.
Este secretismo obviamente procede de esa arraigada cultura patriarcal y no vamos a entrar en cómo podemos desligarnos definitivamente de ella para olvidarnos de todos los estigmas con los que hemos tenido que convivir las mujeres a lo largo de la historia. Nos preocupa más ese silencio que rodea a la menopausia porque sin información, no podemos combatir cualquiera de los trastornos que derivan de ella.
Y nuestro objetivo siempre ha sido y será mejorar nuestra calidad de vida. Así que queremos conocerlo todo sobre la menopausia, prepararnos física y emocionalmente para su llegada y afrontarla en un buen estado físico y mental. No vamos a dejar que viejos mitos patriarcales nos arrinconen en casa porque ya no somos útiles para la reproducción.
Verdades sobre la menopausia
A lo largo de varias semanas en Diario Femenino hemos venido dando toda la información sobre la menopausia, sus síntomas, sus trastornos y también todos los remedios que hemos encontrado para paliar esos problemas. Y seguiremos contándolo porque queremos mejorar la calidad de vida de todas la mujeres.
Así que no vamos a dejar que los viejos mitos se mantengan, porque no tenemos que avergonzarnos de estar en la menopausia, ni mucho menos de ser mujeres maduras, más independientes, más seguras y también más interesantes. La menopausia no es una enfermedad, ni es contagiosa ni es vergonzante; es un proceso natural en el que la producción de hormonas disminuye de tal manera que puede ocasionar muchos trastornos de salud.
Y si queda alguna mente arcaica que aún cree que la mujeres debemos pasar a un segundo plano de la vida social una vez que ya no podemos ser madres, sólo podemos ignorar a esas mentes oxidadas y centrarnos en nosotras mismas buscando todos los recursos necesarios para que la menopausia no nos frene.