Gregory Kloehn es un diseñador californiano que se complicaba con los gastos de alojamiento cuando viajaba a Nueva York por trabajo, pero, desde que adquirió un contenedor de basura, todo eso quedó en el pasado.
El hombre amobló el basurero de tal manera que lo convirtió en una moderna vivienda, con todas las comodidades básicas que una persona necesita para sobrevivir.
‘El contenedor tenía la forma de una tienda de campaña y pensé ¿Por qué no lo convierto en una casa?’ dice Gregory, quien ha sabido armar una cocina, un baño y hasta corriente eléctrica en su innovador hogar.
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