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En la madrugada del martes, un grupo de violentos encapuchados han asaltado el Legco, edifico del parlamento hongkonés, y han tratado de irrumpir en el inmueble. Al encontrarse con las puertas cerradas, han roto con ladrillos y piedras la cristalera de la entrada y han conseguido entrar en el edificio.
La policía ha acudido al lugar de los hechos y durante horas se han producido enfrentamientos entre manifestantes y agentes, que han vuelto a hacer uso de las porras y el gas pimienta para obligar a los asaltantes a retroceder.
La noche se ha saldado con seis detenidos y tres policías heridos. Como consecuencia de los enfrentamientos y de los destrozos sufridos por el edificio, todas las actividades parlamentarias previstas para el día de este miércoles han sido canceladas.
Los manifestantes habían sido desalojados de los alrededores del edificio legislativo de Hong Kong en la mañana del martes, tras hacerse efectivo el mandato judicial que obligaba a la liberación de los aledaños de la Citic Tower, en el distrito financiero de Admiralty.
La condena a este acto de violencia sin precedentes en Hong Kong ha sido unánime desde todos los sectores de la sociedad, incluidos los líderes del movimiento. En un comunicado oficial, la plataforma «Occupy Central» se ha desvinculado de los hechos. «Los que atentaron contra el Legco no discutieron su objetivo ni su estrategia con otros miembros de la ocupación. El movimiento “Umbrella” pone especial énfasis en una desobediencia civil sin violencia. Lo sucedido esta mañana va en contra de nuestros principios».
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Esta acción pone de manifiesto las cada vez mayores diferencias entre distintos sectores de los manifestantes. Una de ellas, enmascarada, afirmó tras el suceso que no era suficiente con sentarse y esperar. «Llevo aquí desde que comenzó el boicot escolar en septiembre, y la gente que está bajo los focos, que organiza el movimiento, no está haciendo nada. Sólo esperar a que el Gobierno venga y nos eche. Nuestras voces tienen que hacerse escuchar. El sueño del sufragio universal está lejos, pero al menos tenemos que luchar, porque este es el primer paso» ha declarado.
Este hecho puede precipitar los acontecimientos. Una vez que el Gobierno ha declarado que no hay espacio para seguir negociando, y tras el fracaso de los representantes estudiantiles en su intento de viaje a Pekín para reunirse con miembros del Gobierno Chino, el siguiente paso es la liberación total de las calles. Y lo sucedido esta madrugada puede servir como excusa para que se desate una operación final para restaurar el orden en las distintas zonas de la ciudad que llevan mas de ocho semanas ocupadas por los manifestantes. Será en ese momento cuando «Occupy Central» tenga que dar un paso al frente y explicar cual va a ser su línea de actuación a partir de ahora. De no hacerlo, todo este inmenso gasto de tiempo y fuerza habrá servido para que el mundo sepa un poco mas de la situación política de Hong Kong, pero no para conseguir acercarse a su objetivo, y el sufragio universal seguirá siendo una quimera para la ex colonia inglesa.
Fuente [Abc.es]