Malasia confirmó ayer el descubrimiento de fosas con restos de inmigrantes en Perlis, al norte del país, y por lo menos 17 campamentos clandestinos de tráfico de personas, lo que desencadenó una crisis humanitaria en la región.
“Cada tumba tiene tres, cuatro cadáveres. Pero aún no sabemos cuántos hay en total. Probablemente encontraremos más”, dijo el ministro del Interior malasio, Ahmad Zahid Hamidi. “Malasia como gobierno no está implicado. Pero malasios, sí, lo reconozco como un hecho”, precisó.
Las autoridades están investigando los campos, utilizados para recluir a los inmigrantes hasta que sus familias pagaban un rescate.
Los campos fueron abandonados antes de ser descubiertos por la policía. El lugar está en la frontera con Tailandia, donde recientemente descubrieron ocho campamentos y decenas de tumbas con restos de inmigrantes bengalíes y birmanos.
Fuente: [EFE]