No sabemos si quien sacó estas fotos se dio cuenta, in situ, de lo que estaba inmortalizando. Nosotros, con calma, podemos descifrarlas con claridad.
Lo que sí nos llama la atención es que, el cerebro en su incesante búsqueda de patrones, logra asignar formas conocidas y muy curiosas a las formaciones naturales que aparecen en las fotos a continuación.
Por ejemplo, en la primera vemos la cara de un pez, en la segunda a una persona, también hay un elefante, la silueta de un humano y bueno, no diremos las demás, para dejar que la imaginación de usted, querido lector, tenga la última palabra.
Disfrute estas formaciones naturales con formas que dejan poco a la especulación.