Rubén Limardo le generó una sonora alegría a todo el país, pero su medalla provocó incomodidad entre la selección que estuvo en Londres, el día que hizo historia.
“Me dolió y fue increíble que luego de ganar la medalla algunos atletas no me dieron la mano, no me felicitaron y algunos miembros del COV (Comité Olímpico Venezolano) me dejaron de hablar. Esa noche llegué a mi habitación y se lo comenté a mi entrenador y tío Ruperto Gascón.
Sin embargo, ver que atletas como Karlha Magliocco (boxeo) y Geovanna Blanco (lucha) se gozaron mi victoria, y que el país celebrara, sumado a Ciudad Bolívar mi tierra que se paralizó, hizo olvidarme del impasse”.