¡Los videojuegos violentos no son excusa para una conducta antisocial!

El motivo de tu conducta antisocial no tiene que ver con los videojuegos violentos que frecuentas, revela un nuevo estudio publicado por la Universidad de Queensland, en una situación poco esperada, ya que generalmente la percepción es que al contrario, cualquier conducta juvenil poco aceptable tiene una relación directa con los medios y contenidos que consume este sector.La investigación se desarrolló de una forma peculiar, los sujetos de prueba de la Universidad de Queensland fueron divididos en diversos grupos, que se dedicaron a jugar por horas una serie de videojuegos violentos, no violentos y títulos casuales-sociales, con actividades más calmas y cotidianas. Posteriormente todos los grupos fueron sometidos a una prueba de proactividad social, encontrando que todos mostraron exactamente el mismo rango de respuesta en la prueba, sin señales de aislamiento ni lejanía en su comportamiento, sin importar el tipo de título jugado.

La muestra se compuso de 160 individuos, más de la mitad de ellos hombres, el resto mujeres, con edades que fluctuaron entre los 17 y 43 años de años, ellos al azar fueron asignados a alguno de los grupos que fueron distinguidos bajo cuatro categorías:

Antisociales- Que jugarían Grand Theft Auto IV
Violentos – Que jugarían el zombie mode de Call of Duty: Black Ops
No violentos – Que echarían algunas partidas de Portal 2
Pro-sociales – Quienes jugarían World of Zoo

En la primera etapa experimentaron los juegos por un periodo de veinte minutos para luego ser sometidos a la prueba de socialización, al terminarla volvieron a jugar pero ahora divididos en dos grupos, uno que sólo jugó GTA IV y otro que únicamente probó Portal 2, luego ambos grupos volvieron a hacer otra ronda de pruebas de comportamiento, observando exactamente los mismos resultados. En otra etapa posterior tomaron a otro grupo que no había participado en ninguna de las fases anteriores y los pusieron a jugar el inofensivo Lemmings y Lamers, los resultados fueron igual que si hubieran jugado cualquier título de Rockstar.

Durante las fases de pruebas, los examinadores también incurrían en ciertas conductas intencionales, como dejar caer un lápiz o generar una situación «incidental» que propiciara la posibilidad de convivencia social entre los sujetos de estudio, encontrando que indistintamente sin importar el grupo todos mostraron el mismo nivel positivo de disposición de socializar e interactuar, lúdica o cordialmente con otros miembros del sitio. Lo que queda asentado en las conclusiones generales de la investigación:

Nuestros experimentos no encontraron algún efecto perjudicial de los videojuegos violentos sobre la conducta pro-social de los individuos, a pesar de usar juegos contemporáneos y clásicos, en las fases iniciales y finales de las pruebas, independientemente de un tiempo de exposición corto o largo. Aunque este estudio no es una prueba definitiva de que los videojuegos violentos no tienen ningún efecto negativo sobre el comportamiento social, es posible que el planteamiento original sobre el impacto de los títulos violentos en el comportamiento puede ser desproporcionado.

En otras palabras la serie de experimentos no llegaron a encontrar alguna prueba concluyente que confirmara esta percepción acerca de la alteración de comportamiento social ante la exposición de escenarios violentos en los juegos de video. Un punto interesante, en lo particular sobre esta investigación es que entonces abre el escenario a tres posibilidades. La primera, que efectivamente no exista relación alguna entre conducta antisocial y videojuegos. La segunda, que las pruebas no hayan estado bien diseñadas. O la tercera, que todas las personas que frecuentan los videojuegos tienen exactamente el mismo nivel de inclinación a socializar, que no es necesariamente alto, pero entre ellos es básicamente igual.

Independientemente de todo ello, se trata de un punto de debate común el asunto de los videojuegos violentos y siempre serán perfectas presas para achacarles la culpa de cualquier problema social.

[Fuente: ecetia.com]