Te presentamos a Mammoth, el tobogán de agua más largo del mundo que mide la enormidad de 537 metros (medio kilómetro). Inauguró en Splashin’ Safari, en Indiana, a comienzos de este año.
Del mismo modo que Wildebeest, el anterior ocupante del puesto, Mammoth utiliza una tecnología hidromagnética de vanguardia para propulsar botes inflables con seis personas a velocidades suicidas a lo largo de una serie de subidas cuesta arriba, como las de una montaña rusa, seguidas de rápidas zambullidas. El viaje empieza con una ‘colina elevadora’ transportadora de 90 metros seguida de una serie de caídas que incluyen una de una altura de tres pisos que ocurre mientras se está inclinado en un ángulo de 45 grados..
Creado como un paisaje acuático de 57 hectáreas dentro del centro turístico Atlantis, Aquaventure ofrece diversión empapada sin escalas, pero es el Leap of Faith el que atrae a los amantes de la adrenalina. En el caso de que ir a toda velocidad en una bajada de 18 metros, casi perpendicular, desde la cima de una réplica a tamaño real de un templo maya no te parezca lo suficientemente emocionante, el Leap of Faith tiene otra carta de triunfo bajo la manga.
Incrustado en un acuario, impulsa a los pasajeros a gran velocidad a través de un túnel de acrílico transparente que está sumergido en una laguna llena de tiburones nodriza y de arrecife caribeños.
Nadie construye atracciones para los amantes de las sensaciones fuertes como los Estados Unidos, y el Scorpion’s Tail, ubicado en el parque acuático más grande de este país, es uno de los toboganes que garantiza ser inolvidable.
La atracción mide 10 pisos de altura y 120 metros de largo. Los amantes de la adrenalina se acomodan en un tubo en forma de cápsula antes de que un escotillón se abra y permita que la gravedad, el agua y la fuerza centrífuga hagan lo suyo. En el momento en que uno piensa que llegó al final, el Scorpion’s Tail clava su aguijón llevando a los pasajeros como un chorro a través de una curva de 45 grados (la más alta de su tipo en todo el mundo), alcanzando velocidades de 65 k/h.
El nombre del tobogán de agua más alto del mundo -un edificio que a sus 41 metros de altura domina la costa tropical que lo rodea- se traduce en casi todos los idiomas y amenaza con ahuyentar las zungas de los más valientes bañistas.
Gracias a sus 14 pisos de altura, los pasajeros lo derriban a una velocidad máxima sacudidora de estómagos de 105 k/h (¡casi el límite de una autopista!), antes de volcarse de golpe en la piscina que está a sus pies. Esta atracción no es ni para los debiluchos ni para la brigada de los bermudas sueltos.
Uno de los toboganes de caída libre más altos y rápidos del mundo, Summit Plummet se encuentra en la Blizzard Beach de Disney, la que supuestamente se convirtió en el primer centro turístico de esquí después de una insólita tormenta de nieve.
Lo que no sorprende es que la nieve no duró demasiado bajo el cálido sol de Florida y enseguida las pistas de esquí pasaron a ser toboganes de agua escalofriantes. Al menos, según la leyenda de Disney, así es. Desde la torre de ‘salto de esquí’ de 36 metros de altura, hay una caída impresionante de alta velocidad a 88k/h en una piscina que se encuentra en la base de la montaña, lo que resulta en una espectacular nube de agua.
Aclamada como la mejor nueva atracción acuática cuando debutó en 2009, la Double Barrel Drop es el único tobogán embudo doble cubierto que hay. Para construirlo, Great Wolf Lodge tuvo que crear un edificio externo para acomodar la mole de esta atracción.
Fiel a su nombre, la aventura de seis pisos Double Barrel Drop comienza con una caída en el enorme embudo. En cuanto a los pasajeros se les aclaran las ideas, empiezan a dar vueltas en una curva cerrada de 450 grados y son impulsados hacia un túnel vórtice, seguido por un segundo torbellino antes de la última zambullida. Anímate y pruébalo. Te desafiamos.
Como el segundo tobogán de agua más largo del mundo, The Wildebeest ciertamente hace honor a su nombre de bestia salvaje ofreciendo todas las emociones que un estómago puede soportar en sus 450 metros de longitud. Usando la tecnología hidromagnética para impulsar los botes para cuatro personas por una serie de ocho colinas, The Wildebeest es mucho más que sólo un tobogán acuático.
El viaje empieza con una ‘colina elevadora’ transportadora que es inmediatamente seguida por una caída tan alta como tres ónmibus de doble altura mientras se inclina a 45 grados. El emocionante viaje de 2,5 minutos incluye un total de ocho caídas, que suman 54m de ‘caída’ total.
El clima británico sólo puede permitirse unos pocos parques acuáticos de gran escala al aire libre, pero una cantidad de endemoniados parques cubiertos que están abiertos todo el año garantizan que el país nunca se seque del todo. El temático caribeño Alton Towers Waterpark está entre los mejores y su Master Blaster de 200 metros de largo, sin duda, se enorgullece de su puesto.
Esta locura no sólo propulsa a los pasajeros colina abajo a un ritmo furioso, sino que los impulsa a lo largo de tres secciones colina arriba a una velocidad aún mayor (4,8 metros por segundo, para ser exactos). Varias secciones oscuras amplifican el factor emoción.
Prepárate para caer en un enorme embudo, seguido de estrechos giros y otros dos embudos, antes de finalmente zambullirte en la piscina. Por la noche, el Triple Twist duplica la diversión, ya que los pasajeros se ven inmersos en una experiencia de luces de LED completamente sensorial.
Con cinco pisos de altura y 100 metros de largo, los pasajeros van volando a lo largo del túnel antes de entrar en un embudo en el que son chapoteados al mejor estilo media pipa antes de seguir a lo largo del tubo para pasar por más curvas y todavía más embudos. Se te perdona si después te sientes como si acabaras de salir de una máquina lavadora.