Fácilmente excitables, son protagonistas principales de la seducción. Anímate a gozar con ellos haciendo cosas originales y disfruta aún más de la intimidad con tu pareja.
Zona erógena por excelencia, estimularlos es parte fundamental del éxito a la hora de obtener el máximo placer en la cama. Muchas veces, sentimos que nuestras parejas tratan a los pechos como si fueran verdaderas pelotitas anti estrés a las que amasan sin ninguna técnica ni delicadeza. Parece mentira, pero sabemos muy poco cómo gozar y hacerlos gozar incluyéndolos en los juegos previos.
Para comenzar, pídele que te saque el corpiño pero… sin las manos. Proponle que intente hacerlo con los dientes así tarda más y las ganas aumentan.
Una vez liberados los pechos, las caricias empiezan a jugar un rol fundamental: los soplidos suaves y hasta una pluma pueden ser buenas estrategias para aumentar la satisfacción y elevar la temperatura. Sugiéreselo, le va a encantar.
Ahora sí, lista para la estimulación directa. Nada mejor que las manos o la boca para hacerte derretir de placer. Pídele que te los acaricie completos, con suaves pellizcos en las areolas y que los sacuda despacio hacia los lados. Luego, que te pase la lengua despacito por toda la zona y que, delicadamente, te succione los pezones.
Renuévate y goza
¿Aburrida de eso que hacen siempre? ¿Te animas a volverlo loco usando los senos en nuevos juegos eróticos? Si la respuesta es “sí”, sigue leyendo.
Si los sabemos incluir en la previa, los pechos pueden convertirse en una superficie erótica perfecta y en deliciosas plataformas para paladares exigentes. Ya lo dijimos, no te acomplejes por el tamaño: úsalos sin miedo para alcanzar un orgasmo inigualable.
Para las más arriesgadas, la comida es una aliada ideal. Úntatelos en lugares estratégicos con crema, dulce de leche, chocolate o lo que le guste e invítalo a comer… ¡Sólo con la boca! El resultado será un postre inigualable que te hará llegar al cielo.
¿Otra opción? Una variante de la masturbación más que interesante. En vez de usar tus manos, puedes hacérsela con los pechos. ¡Adelante! Es muy fácil, a ellos les encanta y vos te vas a sentir una diosa del placer.
Lo que no tienen que hacer
*Trata de no limitarte –y que se limite- sólo a los pechos. Combina su estimulación con la de otras zonas erógenas tanto tuyas como de él.
* Eviten los mordiscos y los pellizcos demasiado fuertes. No sólo no son placenteros sino que hasta pueden llegar a ser muy dolorosos. Sobre todo, algunos días antes de la menstruación.
*Cuando le pidas que te hagas masajes en esa zona, si no lo hace, pídele que también incluya los pezones. Es increíble lo que van a lograr.
[Fuente: derf.com]