En Venezuela se comienza, se pasa y se termina el año en una sola parranda. No es que seamos bochincheros sino que tratamos siempre de honrar y enaltecer a quienes se lo merecen, en especial en lo referido a materia cultural-espiritual-religiosa.
Pero pareciera ser en diciembre cuando este sentimiento se intensifica debido a que el ambiente navideño entre reuniones, brindis, regalos y deliciosa gastronomía nos da la impresión de no tener fin en las celebraciones.
Por supuesto las cosas han cambiado. En la actualidad muy poco se ven los conjuntos de aquellos aguinalderos que de puerta en puerta iban cantando e irrumpiendo en las casas donde no faltaban los pesebres, para interpretar sus aguinaldos en homenaje al Niño Jesús. Las familias les ofrecían ron con ponsigué, anisao, dulce de lechosa y leche de burra además de su correspondiente hallaca.
Sin embargo hay danzas y bailes que perduran porque los habitantes de las distintas localidades se aferran a sus raíces no permitiendo que estas tradiciones queden en el olvido. Por ejemplo, en los estados Aragua y Carabobo, concretamente en San Joaquín, población de donde son oriundas las famosas panelitas, el 24 se realiza la danza de Los Pastores cuya finalidad es darle la bienvenida al niño Dios.
Los Pastores de San Joaquín comienza cuando el cachero hombre vestido de forma muy colorida y portando unos cachos en la mano, se dirige a la iglesia del pueblo seguido por los pastores y pastorcillas, quienes en hileras van acompañados de otros personajes como el titiriji, el viejo y la vieja.
Después de llegar a la iglesia al son de un golpe de villanos, los pastores se acuestan al lado derecho y las pastorcitas hacia el izquierdo simulando dormir.
Al terminar la Misa de Gallo aparece el ángel Gabriel representado por una que reproduce el diálogo según el texto de San Lucas con los pastores, el Niño Jesús recibe un saludo y comienza la danza.
La vestimenta es muy especial y adornada de muchos colores, los pastores utilizan faldas largas hechas con tiras de papel y sombreros de cogollo decorados con flores y lazos. Cada pastor lleva una vara larga con travesaños donde cuelgan chapas, latón y cascabeles, igualmente decorada de muchos matices.
El cuatro, el furruco, las maracas y la charrasca son los instrumentos acompañantes de este hermoso golpe de parranda cuyos peculiares pasos son bien demostrados por los participantes.
Otras celebraciones tienen lugar el 28 de Diciembre, día de Los Inocentes, como son los Locos y Locaínas, en Mérida, Trujillo y Falcón, para ello se disfrazan de mamarracho y recorren carreteras y lugares poblados, haciendo travesuras y pidiendo dinero.
Los Zaragozas en Lara, vestidos con máscaras y llevando cascabeles, bailan al son del tamunangue y El Mono en Caicara de Maturín, con carrizos, guaruras, maracas y mandolinas, también están asociados a esta fecha.
En Zulia, Trujillo y Mérida se celebran las fiestas de San Benito, el Santo Negro, en donde Giros, Chimbangeles y Negros salen a ofrendar al Santo con nubes de pólvora, bailes y misas. Hay bailoteo para rato.
Estimados lectores, gracias por dedicarle parte de su valioso tiempo a la lectura de mi columna ofrecida a Ustedes con mucho cariño.
Con un abrazo fraterno, mis manifestaciones de paz, amor y armonía les deseo a todos FELIZ NAVIDAD.
@glimargica / Gliceria Gil