Luego de toda una semana de completo silencio,algunos de los poderosos patrocinantes de la Fifa, como Coca-Cola, Adidas, McDonald´s y Budweiser alzaron la voz este miércoles sobre el escándalo que desde la semana pasada sacude al máximo ente rector del fútbol mundial, calificando como positiva la renuncia de Joseph Blatter al cargo de presidente del organismo.
Los rumores en Suiza (donde se encuentra la sede la de la Fifa), apuntan a que al menos dos de esas tres marcas ejercieron presión para que Blatter diera un paso al costado, quedando así más cerca de la fiscalía norteamericana y del FBI, quienes llevan la investigación. Incluso, los rumores aseguran que algunos empresarios entregaron información sobre Jérôme Valcke, secretario general de la Fifa y mano derecha de Blatter, quien tambalea en su cargo.
Valcke ya había sido despedido de la organización, en diciembre de 2006, luego de desencadenar un enfrentamiento entre la Fifa y las multinacionales de tarjetas de crédito: Visa y Master Card.
En ese entonces, un tribunal en Estados Unidos acusó a Valcke de incurrir en reiteradas faltas de honradez y de suministrar información falsa en la negociación que culminó con la entrega del patrocinio de los Mundiales 2010 y 2014 a Master Card.
Incluso, el fallo ordenó que se le mantuviera el contrato a Visa, haciendo que la Fifa perdiera cerca de 100 millones de dólares.
Pero, a mediados de 2007, Blatter no solo ordenó que el francés fuera reenganchado, sino que, además, lo nombró secretario general de la Fifa.
Según lo que él mismo le narró al diario británico ‘Independent’, su regreso se logró luego de organizar un fin de semana de descanso en su casa, en la isla de Córcega, acompañado por diez amigos de la Fifa.
Y admitió que, el tiempo que estuvo fuera del organismo, fue consultor de la campaña de Brasil para lograr la sede del Mundial 2014. Por esa asesoría, que incluía hacer ‘lobby’ ante varios países y altos dirigentes, cobró 100.000 dólares.
A su regreso, Valcke empezó a generarle millonarios ingresos a su organización, pero también a protagonizar episodios que lo pusieron en aprietos diplomáticos y judiciales.
Uno de estos fue recordado por varios medios europeos poco después de que el FBI confirmó que estaba rastreando movimientos por 10 millones de dólares que el francés hizo para que Sudáfrica se quedara con la sede del Mundial de Fútbol de 2010.
“Un menor nivel de democracia es a veces preferible para organizar un mundial. Cuando un hombre fuerte al frente de un Estado puede decidir, como el presidente ruso Vladimir Putin en 2018, es más fácil para los organizadores que con un país como Alemania, donde hay que negociar a varios niveles”, dijo.
Luego se conoció un correo de su cuenta personal en el que decía que Mohamed Bin Hammam, expresidente de la Federación Asiática, creía que podía comprar la presidencia de la Fifa, como los cataríes lo habían hecho con el Mundial del 2022. El Gobierno de Catar se enfureció y le pidió a la Fifa una retractación inmediata, lo que generó un escándalo mundial del que Valcke también salió ileso.
Fuente: [noticias24.com]