La compra de Motorola por parte de Google se hacía definitiva el pasado sábado, poco después de que el regulador chino diese el visto bueno. La adquisición del gigante de Internet supone que Android siga siendo libre y que el resto de fabricantes pueda seguir utilizándolo en sus smartphones hasta un plazo de al menos cinco años más.
Google se convirtió en protagonista improvisado el año pasado al generar una de las noticias más destacadas del panorama de la telefonía móvil. Los de Mountain View decidían adquirir la división de móviles de Motorola con la firme intención de tomar posesión no de un fabricante de dispositivos móviles, sino de su importante y numerosa cartera de patentes. En total, cerca de 17.000 para hacer frente a las embestidas legales de otras compañías en contra de Android.
Sin segundas intenciones
Los fundadores del buscador hicieron hincapié en que la adquisición de Motorola respondía nada más a la necesidad de tener en propiedad las patentes del fabricante para proteger Android de los problemas legales en los que se estaba involucrando. Debemos recordar que la propia Motorola es una de las compañías que más derechos tiene en el mercado pues de ésta nació el primer teléfono móvil en 1983, el Motorola DynaTAC. A pesar de la insistencia de los dirigentes de Google, que quieren mantener la independencia de Motorola como otro fabricante más, sin tratos de favor, el resto de fabricantes que confía actualmente en Android como sistema operativo para sus smartphones se mantienen cautos. Y es que por poder, Google podría convertir este software en una plataforma independiente, con un modelo de negocio del estilo a iOS o bien permitir a otros fabricantes su utilización previo pago de tasas.
Un margen de cinco años
No obstante, el buscador no podrá llevar a cabo tal propósito, si es que entre en sus planes, pues así lo impide un acuerdo para formalizar la compra de Motorola. De la forma que sea, los reguladores de los mercados más importantes tenían que dar el visto bueno a la transacción. Ya en febrero los organismos de EEUU y Europa estuvieron de acuerdo. Sin embargo, faltaban los chinos, que finalmente se han pronunciado hace escasos dos días. Tras el cierre de la compra de Motorola, una fuente cercana a los hombres que han negociado ha puesto sobre la mesa una información muy importante. Android seguirá siendo software libre y podrá ser instalado por los diferentes fabricantes al menos durante los próximos cinco años. De esta forma, los rumores que anticipaban la incursión de Google en el mercado de los smartphones de mano de Motorola se acaban de un plumazo y al menos seguirá así a lo largo del próximo lustro. No obstante, desde hace tiempo escuchamos que algunos fabricantes estudian la adquisición o creación de una plataforma móvil alternativa en el caso de que Google les dé la espalda. Una situación poco probable si tenemos en cuenta que los de Mountain View se ven más favorecidos por la expansión de su sistema operativo y eso pasa por estar incluido en el mayor número de dispositivos electrónicos.