Hace cuatro años, los esposos Miguel del Águila Gonzales y Blanca Chapiama Sangama llegaron a Lima, procedentes de Tarapoto, cargados de ilusiones y esperanzas. Aquellos sueños, sin embargo, se desvanecieron ayer cuando sus tres hijos, que estuvieron encerrados bajo llave, murieron calcinados en un incendio que se extendió por toda la casa que ocupaban, en Chorrillos.Y, en Barrios Altos, una niña de 8 años, con síndrome de Down, pereció arrollada por un microbús, cuando jugaba con su ‘scooter’, al lado de su hermanito menor.
“Es una pena que por descuido de los padres ocurran tragedias que dan mucha tristeza”, dijo conmocionado el general Carlos Gómez Cahuas, jefe de la Región Policial Lima.
En medio del dolor que se siente en Chorrillos por la muerte de los pequeños Willy (4), Jennifer Camila (2) y el benjamín de la familia, Jean Anderson, de apenas 9 meses de nacido, la apreciación de sus habitantes, de las autoridades y de los familiares de las víctimas es que la tragedia fue producto de un descuido.
JUNTOS A LA ETERNIDAD
Para Jean Carlo Passalacqua, jefe de operaciones de bomberos Lima Sur, hay dos tipos de responsabilidades. Una de ellas la atribuye al mal estado de las redes eléctricas dentro de las casas y la otra recae en los padres de las víctimas.
Blanca Chapiama, de 20 años, dejó encerrados a sus tres hijos en el tercer piso de la calle Elektra Mza. X, lote 12. Ella salió al mercado. Su esposo se encontraba en su trabajo.
De pronto, a las 9.30 de la mañana las habitaciones fueron cubiertas por una densa humareda. Algunos vecinos aseguran haber escuchado gritar a los menores. Cuando su desesperada madre llegó entró en shock y con las justas pudo alcanzar las llaves de su casa a Antonio Falcón Gonzales, un vecino del lugar.
«Subí con un policía y el lugar parecía un horno. Intenté llegar a los menores, pero fue imposible», reveló el testigo.
El bebé de 9 meses yacía sobre una cama. Los otros dos hermanitos fueron hallados, abrazados debajo del somier.
Aunque todo parece indicar que un cortocircuito provocó la tragedia, la policía investiga el caso para descartar otras hipótesis.
TRISTE FINAL DE NIÑA
Otro lamentable descuido ocurrió en la cuadra 1 del Jr. Wari, en Barrios Altos. La pequeña P.S.G. (8) murió atropellada por la cúster UQ-3265, de la línea 10, conducido por José María Fernandez Flores.
La niña, quien sufre el síndrome de Down, había salido de su casa con su hermanito Manuel, mientras su mamá Luzmila Gálvez Gálvez lavaba ropa. Su deceso erizó las pieles de los vecinos del barrio y de sus familiares. La niña de mirada dulce y angelical ya no está más entre los suyos. Hay que tener más cuidado con la seguridad de los menores.
DOLOR DE PADRE
“Mi hermano me llamó al trabajo para avisarme que el cuarto se quemaba. En ese momento la llamé a mi esposa para decirle lo mismo y ella fue corriendo a ver. Cuando estaba en camino, volví a llamar y mi hermano me confirmó que mis hijos estaban muertos”, dijo, muy afectado, Miguel del Águila.
La madre de los niños entró en shock y tuvo que ser trasladada por paramédicos a un centro de salud.