«Cuba Cruise» es el nombre de la compañía que busca aprovechar el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre la isla y Estados Unidos y reflotar una actividad que parecía extinguida.
El turismo de cruceros, una modalidad que parecía extinguida en Cuba, resurge luego de que una empresa canadiense redobló su apuesta por la isla a partir de la normalización de las relaciones entre La Habana y Washington, la cual está en marcha.
La compañía canadiense Cuba Cruise, de Calgary, anunció esta semana que prepara una segunda temporada consecutiva con Cuba como destino principal, la cual se efectuará de diciembre próximo hasta marzo de 2016. «Los americanos (estadounidenses) pueden ahora hacer sus reservaciones legalmente en la página digital de ‘Cuba Cruise’ o mediante un agente turoperador en Estados Unidos, incluso por teléfono», informó la empresa en un comunicado.
«El exclusivo programa de cruceros Pueblo a Pueblo ofrece en sociedad con el Fondo de Reconciliación y Desarrollo, una organización estadounidense sin fines de lucro, autorizaciones legales bajo la nueva licencia general», explicó la compañía.
En cumplimiento del bloqueo que aplica desde hace más de medio siglo Washington a la isla, los ciudadanos estadounidenses no pueden viajar a Cuba sin un permiso especial que otorga la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac, por siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
«Cuba Cruise» busca aprovechar el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas que ambos países negocian desde el anuncio simultáneo, el 17 de diciembre último, entre el presidente cubano Raúl Castro y el presidente estadounidense Barack Obama.
La compañía canadiense opera con el crucero Louis Cristal, único que fijó un «puerto madre» («home port») en La Habana y que realiza cada semana un bojeo a la isla con escalas en varios puntos del país y en Montego Bay, Jamaica.
«La próxima temporada de cruceros promete ser una de las más dinámicas de los últimos años», debido a que trece buques solicitaron permiso para entrar a puertos cubanos, señaló hace unas semanas el director de Aries Transportes S.A., Norberto Pérez, compañía que dirige la actividad de cruceros en la isla.
En esta temporada, durante la llamada etapa alta del turismo que se extiende desde noviembre a abril, debe ser superada la etapa anterior, que reportó la entrada de doce cruceros con 82 escalas.
Pérez aseguró la isla tiene mayores posibilidades, pues, en su opinión, las instalaciones están subutilizadas desde 1995, cuando se crearon condiciones para el desarrollo de esa modalidad, pero nunca se ha logrado explotar más de 10% de la capacidad de la infraestructura.
De acuerdo con expertos, la infraestructura portuaria actual de la isla admite la entrada de 21 cruceros semanales, a través de las terminales de La Habana y las provincias de Santiago de Cuba (sureste) y Cienfuegos (centro) y en Isla de la Juventud (suroeste).
«Si tomamos en cuenta las instalaciones que tenemos y las operaciones que se pueden hacer con un promedio de ocupación de los buques de 1.090 pasajeros, podemos decir que estaríamos moviendo en un año, un millón 190.800 pasajeros y 161.200 tripulantes», dijo Pérez.
El año de mayor ocupación en las operaciones fue 2005, durante el cual se efectuaron 122 escalas con 102.440 pasajeros.
El turismo de cruceros cayó en Cuba 89 por ciento de 2005 a 2007, al bajar de 102.440 a 11.000 visitantes tras la compra de la empresa española Pullmantur, por parte de la compañía estadounidense Royal Caribbean.
Pullmantur era la dueña del barco «Holiday Dream», el cual viajaba con frecuencia a la isla y dejaba más de 15 millones de dólares en ingresos.
En 2009 se reanudaron las operaciones tras una pausa y se realizaron unas 20 escalas con unos 6.368 pasajeros.
El director de Aries Transportes S.A. dijo que debido al bloqueo de Estados Unidos, vigente desde 1962, Cuba dejó de percibir desde 2013 y en lo que va del año, más de 149 millones de dólares.
Debido al bloqueo, el gobierno estadounidense prohíbe a las compañías de cruceros de ese país organizar viajes a la isla, y establece que barcos de otras naciones que atraquen en puertos cubanos no pueden entrar a Estados Unidos en seis meses.
Pérez explicó que se realizaron cálculos a partir de los datos de la Asociación de Cruceros del Caribe y La Florida, en los cuales se indica que cada turista en crucero gasta en promedio 95,92 dólares en cada escala.
«Además, los tripulantes en compras de productos y servicios gastan unos 96,98 dólares y se estiman en unos 20 dólares los gastos de las operaciones de los cruceros en las terminales; estamos hablando de más de 149 millones dólares anuales», explicó Norberto Pérez.
Fuente [Lifestyle.americaeconomia.com]