El japonés Iwao Hakamada fue liberado después de pasar 46 años en la cárcel condenado a muerte, pues un tribunal decidió este jueves revisar su caso al tener en cuenta nuevas pruebas sobre el asesinato múltiple que se le imputaba.
Hakamada, de quien se cree es el hombre que más tiempo ha pasado en el corredor de la muerte en el mundo, abandonó la prisión de Tokio acompañado por su hermana. En las puertas le esperaban varios medios de comunicación.
Horas antes, el Tribunal del distrito de Shizuoka (centro del país) anunció que analizaría las últimas pruebas de ADN presentadas por la defensa del condenado, las cuales podrían demostrar que es inocente del delito cometido en 1966.
Hakamada, un exboxeador de 78 años que padece una enfermedad mental, fue condenado a la pena de muerte en 1968, sentencia que quedó este jueves temporalmente suspendida con la decisión de revisar su caso.
El juez dijo que es «injusto» mantener al imputado en prisión, al considerar que «la posibilidad de su inocencia se ha aclarado hasta un grado considerable», según declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
La cadena pública NHK, que retransmitió la salida de la prisión en directo, reveló que el condenado llevaba casi cuatro años sin recibir visitas debido a su delicado estado mental.
Según uno de sus abogados, cuando se le comunicó este jueves a Hakamada que iba a ser liberado «pareció entender, pero no expresó ninguna alegría ante la noticia».
El tribunal que le condenó inicialmente consideró probado que en 1966 apuñaló hasta la muerte al dueño de la pequeña fábrica de miso (soja fermentada) donde trabajaba, así como a la mujer de éste y a sus dos hijos.
La casa de la familia asesinada fue incendiada después.
Durante el juicio y sus años de prisión, él siempre se declaró inocente del crimen y varias organizaciones humanitarias han denunciado que la investigación del caso estuvo rodeada de todo tipo de irregularidades.
Hakamada aseguró que fue coaccionado por la policía para firmar una declaración reconociendo la autoría del asesinato. El Tribunal Supremo de Japón confirmó su sentencia de muerte en 1980, pese a sus argumentos.
El exboxeador presentó su primer recurso reclamando un nuevo juicio en 1980, pero fue rechazado por la máxima instancia judicial en 2008, y más tarde interpuso un segundo recurso por vía de sus familiares.
El último recurso se basa en los resultados de unas pruebas de ADN, que indican los restos de sangre recogidos en prendas del homicida no correspondían a Hakamada, según la defensa.
El presidente del tribunal, Hiroaki Murayama, aceptó este argumento y afirmó este jueves que las muestras de ropa «no eran las del imputado», abriendo así la posibilidad de que se produjera una manipulación de las pruebas.
Se trata de la sexta vez en que un tribunal japonés decide reabrir el caso de un condenado a muerte desde 1949, y de los otros cinco imputados, cuatro fueron absueltos.
[Fuente: mexico.cnn.com]