La Ley de Precios y Costos “justos” no es más que una vulgar justificación del gobierno para tapar su incapacidad productiva, partiendo desde la misma exposición de motivos se puede apreciar la saña con que los comisarios del régimen la diseñaron, fíjense la cita del primer párrafo: “los abusos flagrantes del poder monopólico de la economía”… “elevados márgenes de ganancia”… “sin ninguna razón más que la explotación directa al pueblo…”; esto es un libro bizarro, es decir el gobierno no tiene culpa de nada, si aquí existe alguien que practique el monopolio es el actual gobierno, que no se conformó con el derroche incalculable en asesores cubanos para la siembra de lechugas en las avenidas de Caracas o con los difuntos Gallineros verticales, sino que se dedicaron a expropiar hoteles lujosos, fabricas de baldosas, de champú, ventas de kits contentivas de un pollo, una mermelada y un “petipoas”, en fin se metieron en todo lo que no debían, descuidando estrepitosamente los que son sus funciones principales, tales como: servicios públicos de calidad, buena atención hospitalaria, rehabilitación de vías, construcción de escuelas, en fin, dedicarse a la función de Estado.
Según las cifras del BCV los últimos 9 años, la inflación mayor fue en el sector alimentos, todos los libros de la historia económica dicen que cuando el Estado controla precios, hay escases e inflación, los problemas existieron también en gobiernos anteriores y paradójicamente se aplicaron las mismas medidas y obviamente fracasaron.
EN Venezuela "por ahora" no hay tarjetas de racionamiento como en Cuba, pero no hay los productos que uno quiere, pongamos como ejemplo el aceite, aquí ya no compras las marcas que regularmente usabas, cuando se consigue aceite hay que comprarlo, así sea de motor de carro, si huele a berrinche e´chivo no importa, es aceite, hay que conformase con lo que hay.
Esta ley de control de precios no es más que un instrumento amedrentador, quieren obligar a producir a un promedio de dólares a 4,30 pero ese tipo de cambio no existe, sino dentro de mafias cambiarias, el mejor ejemplo son las importaciones, ya la leche no es blanca, aquí depende de donde venga, puede ser amarillosa y hasta verdosa, los precios regulados solo se aplican si el productor consiguió divisas de cadivi, pero pareciera que quienes consiguen divisas de cadivi son los oligarcas empresarios ecuatorianos, bolivianos, etc., bastece con revisar los sitios de donde proviene la bendita leche para darnos cuenta. Que mala leche.
Ya aquí no vale la calidad y los productos de mejor calidad requieren ingredientes más costosos, resulta que la ley dice que el producto especializado debe tener el mismo precio que el producto ordinario, es decir el desodorante que al contacto con el sudor humano arroje olor a cebolla o a rosas da lo mismo para La Ley, ya que desodorante es desodorante.
El país va hacia la economía primitiva en materia de desabastecimiento, en Venezuela existe siempre ha existido el contrabando de extracción, el acaparamiento, el mercado negro, el informal, etc., pero debe sancionarse al infractor, no al pueblo y mientras más trabas pongas se alimentan los caminos ilegales de los alimentos.
El gobierne cree que con control resolverá el problema, no es asi, tampoco es que nos quieran joder adrede, se trata de incapacidad y no querer aprender del pasado, la solución debe estar en bajar la inflación y la medida primaria debe ser la reconciliación con el aparato productivo, no a la economía de puertos.
Los economistas pueden hablar la paja que quieran, pero la economía solo la interpretan y la viven los millones de venezolanos que ganan un salario mínimo y simplemente no les alcanza, el gobierno debe reflexionar y ser humilde, aquí con el discurso trasnochado no están acabando con las fortunas de los Mendozas, ni con los reales del grupo Mezeranhe y menos con los Cisneros, esos billetes están asegurados en cualquier parte del mundo, estas políticas solo benefician a los que más tienen y hunden al más vulnerable.
Por Emilio Guzmán Rojas / @Emilio_Guzman