Muchas veces hemos escuchado a nuestros abuelos decir que leer con poca luz puede afectar gravemente nuestra visión. Lo cierto es que el ojo es una maquinaria tan compleja y sofisticada que se adapta a las condiciones externas. Millones de años de evolución han hecho que los ojos de los mamíferos, superen con creces a las más impresionantes cámaras con las que contamos hoy en día.
Cuando esforzamos los ojos para leer con poca luz, nuestras pupilas se dilatan para adaptarse a las condiciones necesarias del ambiente en el que nos encontramos. Dentro del ojo unas estructuras conocidas como conos y bastoncillos, se encargan de regular la cantidad de luz que debe pasar para iluminar. De esta manera el cerebro por medio de unos componentes oculares específicos dentro de un área conocida como cámara vítrea, en la parte gelatinosa del globo ocular, extiende los músculos entre la retina y la lente para optimizar la visión.
Estudios científicos:
Las investigaciones acerca de si leer con poca luz daña los ojos, se han centrado principalmente en el desarrollo de la miopía más que en los daños que podría producir leer con poca luz. Para estas investigaciones, factores tales como la influencia de la genética, el riesgo asociado al tabaquismo de la madre durante un período determinado de gestación o estadísticas de constitución como pueden ser el tamaño y el peso del neonato en el momento de parto, pueden incidir en el desarrollo de la miopía.
Existen, además, factores predominantes a nivel geográfico y sociológico como ocurre en el Sudeste asiático, donde la incidencia de miopía es mayor en comparación a otras zonas.
En ese sentido, los estudios indican como una influencia positiva en la prevención de la miopía, el hecho de que los niños que reciben luz solar o que realizan más actividades diurnas, tienen pocas probabilidades de desarrollar miopía en comparación a los niños que permanecen con luz artificial la mayor parte de su tiempo.
¿Crees que leer con poca luz pueda dañarte los ojos?