Una mujer argentina afirmó hoy que el Papa Francisco la curó del cáncer de mama que padecía desde hacía cuatro años, gracias a que la bendijo pocos días después de que asumiera en El Vaticano.
«Milagrosamente estoy viva», le dijo Carolina Balbuena, de 41 años, al portal del diario La Nación desde Alicante, España, en donde reside reseñó excelsior.com.mx.
El encuentro se concretó el pasado 10 de abril, en una de las primeras audiencias públicas que protagonizó Francisco, quien había asumido como Papa el 19 de marzo.
La mujer explicó que en enero el cáncer se le había disparado “en todos los órganos, el hígado, los huesos de la cabeza, los ganglios, la retina. Pierdo un 70 por ciento de visión porque la metástasis estaba atrás del ojo”.
Agregó que tuvo que hacer dos ciclos de quimioterapia muy fuerte, pero no los resistió porque le bajaron mucho las defensas, por lo cual “en ese momento, no creía en Dios para nada, estaba muy renegada».
Sacrificó todo por ir al Vaticano
Sin embargo, bastó que supiera que un compatriota suyo, Jorge Bergoglio, había sido electo como Papa, para que decidiera hacer todo el esfuerzo posible por ir a verlo, pese a que no estaba en condiciones físicas ni económicas de viajar al Vaticano.
Balbuena logró su meta el 19 de marzo, cuando se ubicó, sentada en silla de ruedas, en una primera fila de la audiencia general que el Papa encabeza todos los miércoles.
“Me ponen en un lugar donde justamente sale el papamóvil. Yo llevaba la bandera argentina y la camiseta de San Lorenzo, así que me tenía que ver”, lo que efectivamente sucedió un rato después.
«Sólo el estar frente a él es como una energía, una fuerza, una presencia de Dios. Viene a mí y me reza. Yo le digo: ‘Tengo cáncer, pero creo en Dios y en los milagros y gracias a usted volví a creer en Dios’. Me dice ‘Ojalá, ojalá, ojalá’. Me bendice”, contó.
Una vez que regresó a España, Balbuena tuvo una recaída e incluso algunos médicos le advirtieron que le quedaban muy pocos días de vida, pero de repente se empezó a poner bien.
El milagroso anuncio es que el lunes pasado le dieron el alta porque el cáncer se está reduciendo y como los nódulos de las metástasis eran externos, ella pudo verlos achicarse gracias a la quimioterapia que ahora puede resistir sin problemas.
«No tengo ni un solo síntoma de quimioterapia. Hace una semana hago vida totalmente normal. Puedo caminar, cocino, manejo. Estoy viva. Las médicas dicen que es un milagro», aseguró.