Un reporte en la revista Vanity Fair se dedica a analizar la “década perdida” de Microsoft, desde que Steve Ballmer asumió como CEO de la compañía. El reportaje incluye entrevistas a ex-empleados de la firma y a algunos correos electrónicos y documentos internos que pintan la historia de la compañía que se quedó atrás mientras competidores como Apple y Google le sacaron ventaja.
Según la revista, parte importante de la responsabilidad de esta etapa la tiene un sistema de administración de personal conocido como”stack ranking”, descrito por los entrevistados como “destructivo”. Se trata de un proceso donde los jefes de cada unidad tienen que evaluar el desempeño de los empleados y calificar a un porcentaje como “buenos”, a otro como “promedio”, y al último como “pobre”. El sistema habría creado una competencia entre los empleados, en lugar de enfocarse a competir con otras empresas rivales, ya que siempre debía haber alguien que apareciera con un desempeño pobre con este método.
También se dice que el foco de Microsoft en Windows y Office evitó que la empresa lanzara otros productos. En 1998, una unidad trabajaba en un prototipo de un e-reader, pero Ballmer decidió que no le gustaba (no generaría ingresos) y el proyecto terminó siendo absorbido por Office. El grupo a cargo del software para el e-reader, pensado para ser utilizado en una pantalla táctil, intentó adaptarse a Office – hecho hasta hoy para teclado y mouse.
Las ideas de explorar el mundo móvil y crear aplicaciones o sistemas para smartphones también se ahogaron, porque la empresa empujaba a que todas las tecnologías que se crearan debían ser compatibles con Windows – y Windows sólo corría en el PC.
La importancia de Windows y Office dentro de Microsoft es evidente hasta hoy, y Microsoft está apostando su futuro nuevamente sobre estos dos sistemas con Windows 8 y Office 2013. El que hay un mal manejo no debería ser sorpresa si consideramos la seguidilla de proyectos que quedaron en el tintero como Courier, Kin, Zune y el fracaso de Windows Vista en los últimos años, productos que prometían pero que fueron sofocados o salieron demasiado tarde para competir.
Queda ver qué decisiones tomará Microsoft en adelante con Metro, quizás el cambio más radical que ha decidido realizar la empresa en el último tiempo.