Que la tecnología en ocasiones se basa en la naturaleza no es ninguna sorpresa. Estudiar nuestro entorno nos ha ayudado a crear, optimizar y a innovar. Valga la redundancia, es algo natural y es que todavía tenemos mucho que aprender, que no todo va ser silicio.
Un grupo de investigadores de diferentes nacionalidades, Bélgica, Canadá y Francia, han logrado mejorar la cantidad de luz que emite un LED en un 55%. Para ello lo han conseguido imitando a la naturaleza, más concretamente a una luciérnaga.
Basándose en la estructura del abdomen de la luciérnaga en Panamá, este grupo de científicos descubrieron que en esta parte del exoesqueleto había una serie de escamas dentadas desplazadas. Mirándolas de cerca observaron que los filos de estas escamas permitían sacar más luz.
Cogiendo como referencia a este insecto, decidieron imitar el diseño de las escamas en un LED y descubrieron que el aumento de luz que se veía era un 55% mayor. Es decir, se está mejorando la eficiencia de forma bastante notable. Se conseguiría más luz con el mismo consumo energético.
Uno de los problemas de esta tecnología es toda la luz que se refleja por las grandes diferencias entre cómo la luz va a través de los materiales del LED en comparación con el aire.
Lo bueno de este avance es que no habría necesidad de cambiar la fabricación de los LED sino que la capa se podría añadir directamente, según sus autores, a la mayoría de los dispositivos que hoy en día lo utilizan.