Las cinco comidas que todo extranjero debería evitar en España

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Cada país es un mundo gastronómico. En algunas ocasiones, tu comida diaria se puede parecer a la de otro país, pero a veces no. Si tienes pensado viajar, visitar o pasear por España, te damos algunas recomendaciones de las comidas que debes evitar.

Las cinco comidas que todo extranjero debería evitar en España

El otro día leí un curioso e interesante artículo de Liz Carlson en LandLopers cuyo título rezaba: Las cinco comidas que todo extranjero debería evitar en España, que es la traducción libre de Five Foods to Avoid in Spain, el título original.

En él, Liz, tras haber vivido tres años en nuestro país —narra sus aventuras en Young Adventures—, aconseja a los turistas no pedir ciertos platos típicos españoles —ahora veremos cuáles—, con el fin de no caer en las trampas de nuestros hosteleros ni parecer precisamente lo que son, turistas. Veamos la lista y a ver si creéis que acierta.

1. La Paella

Lo primero que Liz recomienda es que, salvo que estemos en Valencia, o un restaurante valenciano, evitemos pedir una paella, o de lo contrario nos arriesgamos a que nos sirvan un plato precongelado o algo que en realidad no es paella.

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Además, añade, como cada región está muy orgullosa de sus platos típicos, por lo que puede resultar hasta ofensivo pedirla. Pensemos por ejemplo en un inglés exigiendo una paella en Asturias, en vez de un buen plato de fabada o pote. Pues como que no.

En este punto le voy a dar toda la razón. Porque aunque no es menos cierto que se pueden comer buenas paellas fuera de la Comunidad Valenciana, y que ni mucho menos en todos los restaurantes de la tierra está buena, la estadística nos dice que es cuanto menos arriesgado pedirla más allá de sus fronteras.

Yo añadiría algunos consejos más: si en la carta hay una foto de la paella en cuestión, ni se te ocurra pedirla, también conviene evitar a toda costa una paella mixta (pollo, conejo y marisco), solo “los de la capital” creen que esa es la paella original. ¡Ah! Y bajo ningún concepto lleva guisantes como en la de la primera foto, o cerdo o chorizo, que son otros de los habituales en las pseudo paellas.

2. La Sangría

Dice Liz que hay una broma en España sobre cómo detectar a un turista: son los que están en el bar bebiendo sangría. Yo le diría que no, que son los que llevan sandalias con calcetines y la piel del color de los cangrejos, pero tiene algo de razón al advertir sobre su uso, porque la sangría tiene su protocolo.

Las razones que esgrime es que la sangría es una bebida para estudiantes y no una bebida tradicional, que solo bebemos Sangría Don Simón del brick durante las fiestas populares, pero ahí se equivoca bastante. No negaré que de estudiante era un clásico de las cenas de clase, pero que tire la primera piedra el que no pide sangría un domingo de primavera junto con una paella en la playa. Eso sí, un miércoles a mediodía no verás a nadie.

Como alternativas recomienda el calimocho en el norte, el tinto de verano y el rebujito en las fiestas del sur, pero salvo el tinto de verano, el resto son opciones medianamente arriesgadas. Mi recomendación es que bebiendo cerveza o un vino no muy caro nunca se hace el primo, y que los fines de semana se puede pedir sangría.

3. El Gazpacho

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Anonadado me he quedado al ver el gazpacho entre las cinco comidas que un extranjero debería de evitar en España. Está claro que no te lo vas a pedir un día de invierno, pero en general los gazpachos que he probado a lo largo y ancho de España, sobre todo donde aprieta el calor, no desmerecen en absoluto.

Su argumento se basa en que no es una comida que forme parte de nuestra dieta habitual —¿seguro?—, que solo lo compramos en el supermercado para sacarnos de un apuro, y que si lo pedimos en cualquier restaurante seguro que también es de bote —lo dudo mucho, con lo caro que sale—. Eso sí, coincido con ella en que el salmorejo es una buena alternativa.

4. Las tapas caras

El asunto de las tapas en nuestro país es muy delicado, así que disculpo a Liz Carlson por recomendar evitarlas si son muy caras o incluso si no van incluídas con la bebida (como en Granada o zonas de Madrid), porque es que realmente allá donde voy me encuentro una casuística diferente.

Aquí en Valencia, por ejemplo, irse de tapas es pedir raciones, que no suelen ser muy caras, siempre en torno a los cinco euros, diez a lo sumo, pero cuyo contenido viene a ser el de una media ración en Sevilla, que vale más o menos lo mismo. De hecho, hay muchos sitios en la capital andaluza en que directamente no hay raciones enteras.

En Granada, efectivamente, con tu caña, tu copa de vino o incluso tu refresco, viene incluída una pequeña tapa individual, por lo que es recomendable ir de sitio en sitio tomándose algo y picando. En Madrid también se puede, aunque no es universal, y en el País Vasco, están los pinchos, que van aparte.

Así que mi recomendación para estos casos es la misma que la suya: pregunta a la gente. Es algo que en el caso de las tapas vale tanto para extranjeros como para españoles visitando otra ciudad, porque cada una es un mundo.

5. Los desayunos anglosajones

Buen consejo para acabar. Si no estás en un hotel para turistas, no esperes unas baked beans con bacon porque no las vas a encontrar. Aquí lo suyo es desayunarse un café con leche, unas tostadas con aceite, sal y si acaso tomate restregado, o a lo mejor un poco de bollería y hasta un zumo de naranja.

Como bien dice, aquí no se come hasta tarde, así que tampoco conviene olvidar la saludable costumbre del almuerzo, que puede consistir en el mencionado pan tostado, solo que con jamón o un siempre socorrido pincho de tortilla.

Me ha resultado muy curioso leer y comentar sobre las cinco comidas que todo extranjero debería evitar en España. En realidad, aunque ha patinado en algunos puntos, Liz Carlson no ha ido del todo desencaminada aconsejando a sus compadres sobre cómo no hacer turistadas en nuestro país.

Fuente: [directoalpaladar.com]

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