Una de las enfermedades más famosas de los tiempos bíblicos encontró tras siglos de espera su cura en tierras venezolanas. A finales del siglo XX el Dr. Jacinto Convit, quien actualmente cuenta con 98 años de edad, trabajó incasablemente en varios experimentos que lo condujeron hacia el descubrimiento de la vacuna contra la lepra. Este notable aporte a la ciencia médica le valió ser postulado en 1988 para el premio Nobel de Medicina.
Las investigaciones del Dr. Jacinto Convit para descubrir la vacuna contra la lepra se iniciaron en 1937 cuando comenzó a aislar y a tratar a los enfermos en “leprocomios” que dependían de la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). En 1945, Convit es enviado por el Ministerio de Sanidad al Brasil, para observar los servicios antileprosos de ese país, en el cual la lepra es aún un grave problema sanitario.
Allí encontró 35.000 enfermos de lepra, hospitalizados en grandes sanatorios, los cuales presentaban múltiples problemas. A su regreso, es nombrado médico director de las leproserías nacionales, cargo que desempeñó hasta 1946. Asimismo, de enero a julio de 1946, Convit es designado médico director de los Servicios Antileprosos Nacionales, y desde julio de 1946 médico jefe de la División de Lepra; correspondiéndole por tanto organizar toda la red nacional de lucha contra la lepra.
En 1989 Convit anunció que a partir de estudios exitosos en animales, se había podido desarrollar una vacuna que podía ayudar a las personas enfermas con lepra. Posteriormente, Convit declaró que era viable la utilización del modelo de vacuna contra la lepra, para curar la Leishmaniasis, resultando con el tiempo un completo éxito en la cura de dicha enfermedad.
La lucha contra la lepra no se detuvo una vez que el Dr. Jacinto Convit consiguiera la vacuna contra ella. En Venezuela, el Instituto de Biomedicina es el ente encargado de la investigación en el área de la dermatología y muy especialmente en todo lo relativo a enfermedades como la Lepra, Leishmaniasis, Oncocercosis, Tuberculosis, Parasitosis Intestinales, Diarreas infantiles, Micosis, Mal de Chagas, Dengue, Alergias y otras afecciones.
La fundación del Instituto de Biomedicina se inició con la creación en 1945, de la División de Lepra, la cual al ampliar el campo de las patologías –que era su responsabilidad-, pasó a ser el Departamento de Dermatología. Posteriormente, en una nueva sede, el instituto Nacional de Dermatología, amplia aún más sus funciones y se convierte en el actual Instituto de Biomedicina.
A finales de octubre de 2011, el Instituto de Biomedicina aseguró que para el diagnóstico de Lepra se trabajaba con los 32 Servicios de Dermatología Sanitaria, ubicados en las capitales de todos los estados del país, menos en Delta Amacuro y Amazonas.
[Fuente: Prensa MinSalud]