¿Hay alguna alianza perfecta? No, porque en toda coalición con variedad de partidos, tendencias e intereses siempre habrá problemas, disputas y diferencias. Lo importante es que al final de ese difícil camino se imponga la unidad por el país, por los venezolanos y por el futuro.
Muchos venezolanos se asombran cuando la opinión pública se preocupa por las dificultades que periódicamente tiene la Mesa de la Unidad Democrática. Eso no es de preocuparse, sino de ocuparse. Eso puede ser considerado hasta normal, porque la MUD no es un cuartel donde se guarda disciplina extrema.
Ni el Chavismo que por años fue considerado un verdadero cuartel se salva de las discrepancias y el malestar. La diferencia es que allí hay una verdadera rebatiña interna por el control del poder. Y todo eso emerge ahora a pesar que imponen medidas disciplinarias que están alejadas de cualquier rasgo de democracia interna.
Confieso que siempre en el marco de esta crisis que agobia y quiebra al país he sido un defensor a ultranza de la unidad para ganar, gobernar y resolver los problemas del pueblo. Ese es el sentido de la Unidad. Estamos para luchar por ese ciudadano que se siente perseguido por la crisis, sitiado por los problemas y hostigado por el gobierno.
Trabajemos para que ese que perdió la esperanza, la recupere. Para que ese venezolano que piensa en emigrar, más bien se dedique a trabajar en Venezuela. Para que esos jóvenes que se han ido, regresen porque piensen que si tienen futuro.
Luchemos para que nadie se sienta acosado. Para que Venezuela, sea Venezuela y no la provincia de un país cargado de miseria y opresión.
Creo en la Unidad. Quiero que Leopoldo López y todos los presos políticos recuperen su libertad y recorran el país llevando sus mensajes. Quiero que Manuel Rosales y el resto de los exiliados políticos retornen y se unan al intenso y difícil trabajo que tenemos por delante para recuperar la prosperidad y la paz en Venezuela. Anhelo que Iván Simonovis reciba la atención médica que se merece y esté al lado de su familia.
Luchemos para que todos los partidos verdaderamente democráticos en Venezuela estén más unidos que nunca en torno a la Unidad. Esa Unidad es sumamente necesaria más allá del plano electoral, para que esté al lado del pueblo acompañándolo en sus reclamos y penurias.
La democracia la construyen los partidos políticos. Hagamos un enorme esfuerzo por contrarrestar la ola de antipolítica que surgió en Venezuela. La democracia permite el nacimiento y crecimiento de las organizaciones políticas y la democracia se nutre de esos movimientos.
La Unidad trabaja no para excluir a los militares, sino para que estén dedicados a sus funciones institucionales de seguridad y defensa de la soberanía. Que nunca más estén subordinados a un partido político. La Fuerza Armada Nacional debe ser apolítica, porque eso se traduce en institucionalidad.
Yo creo en la Unidad en el marco de la diversidad y la pluralidad. Yo quiero un país donde recuperemos la tolerancia y el respeto. Trabajo por una Venezuela de reales oportunidades. Sueño con una patria sin escasez, inseguridad y persecución. Esa Venezuela es posible en la medida que nos unamos en torno a objetivos claros y viables. Trabajemos por la Unidad, no es tiempo de individualismos.
Por Pablo Pérez