Según un estudio publicado en la revista científica estadounidense Current Biology, la sustancia tiene una conexión más directa con la paciencia que con el bienestar.
A pesar de ser comúnmente relacionada con la sensación de alegría por estar presente en varios medicamentos antidepresivos, hay otras opiniones sobre la verdadera función de la serotonina.
“Hay una impresión generalizada de que la serotonina causa felicidad, pero nuestras investigaciones muestran que esa afirmación es contradictoria”, dijo a Efe el neurocientífico estadounidense Zachary Mainen, director del Programa de Neurociencias Champalimaud y responsable de la investigación.
El grupo de estudios, liderado por Mainen, busca pistas sobre la función central de la serotonina que, según sus últimas pesquisas, puede tener alguna relación con la paciencia.
Los científicos llegaron a esa conclusión tras realizar experimentos con ratones, en los que los animales tenían que esperar una cantidad indeterminada de tiempo para recibir una recompensa.
“Los ratones fueron manipulados de forma que la serotonina pudiese ser artificialmente activada a través de láser”, explicó el especialista.
Los investigadores constataron que los ratones esperaban más tiempo bajo el efecto de la sustancia. Aunque la diferencia sea de segundos, Mainen asegura que “porcentualmente es una diferencia significativa”.
La relación de la serotonina con la sensación de felicidad es una “percepción pública”, aclaró el especialista, “pero científicamente es un poco más complicado”. Según el neurocientífico, hay poca información que relaciona la serotonina como causa directa de la sensación de bienestar.
“Hay otras drogas, además de los medicamentos antidepresivos, que actúan en el funcionamiento y producción de serotonina, alucinógenos como hongos y LSD, pero normalmente no se les relaciona con un sentimiento de felicidad”, afirmó.
El misterio acerca de la función central de la serotonina ha confundido a científicos desde que se aisló y se nombró la sustancia por primera vez en 1948.
Muchos estudios defienden efectos diferentes en los movimientos, toma de decisiones, percepción, ansiedad e incluso otros efectos no relacionados con emociones. “El gran problema es el panorama general, la función central”, resumió Mainen.
La serotonina tiene efectos colaterales negativos sobre el apetito y la actividad sexual, por lo que Mainen sugiere que la felicidad no es un efecto directo de la sustancia química.
“Si el efecto fuera hacerte feliz, los efectos colaterales serían más energía y actividad sexual, por ejemplo, algo relacionado con esa sensación de alegría”, justificó el científico.
Otro hecho que corrobora la teoría de que la función central de la serotonina no es la alegría es que los antidepresivos tardan cerca de tres semanas hasta que empiezan a funcionar.
“Hay algún otro proceso anterior que tarda semanas en desarrollarse, pero todavía no sabemos qué es exactamente”, explicó.
Respecto a los avances posibles en el área de los fármacos utilizados en tratamientos de depresión y ansiedad, Mainen destacó que, con esta investigación, se podrá entender mejor lo que hace la serotonina y cómo los medicamentos afectan su funcionamiento en el organismo.
Fuente [Americaeconomia.com]