Según algunos la nariz húmeda o fría de los perros es sinónimo de buena salud, mientras que una nariz seca y tibia significa enfermedad. El Dr. Stanley Coren, autor del libro What Dogs Know, relaciona esta característica canina con una historia bíblica que es:

”Noé usó perros para patrullar su arca y mantener a los animales a salvo. Un día, mientras husmeaban, los perros descubrieron un agujero del tamaño de una moneda en el arca. Un perro tapó rápidamente la fuga con la nariz mientras que el otro corrió en busca de ayuda. Noé parchó el agujero a tiempo, y todos los animales se salvaron. Dios otorgó al perro una nariz fría y húmeda como recompensa por su pensamiento rápido”.
La DR, Brittany King, certificada por el Consejo de Veterinarios de Texas, Estados Unidos, explica que los perros segregan una fina capa de mucosa, la cual los ayuda a absorber los productos químicos de los olores y llevarlos hasta su cerebro. La nariz húmeda de los perros también es una forma que utilizan los caninos para regular la temperatura de su cuerpo. Al no tener glándulas sudoríparas como los humanos, refrescan su temperatura corporal mediante otros mecanismos.