Lo que el gobierno chavista tenía como una gran expectativa para los venezolanos con relación a la “Nueva Ley del Trabajo”, resultó mas de lo mismo de la anterior aprobada en 1997, con algunas mejoras puntuales en el bono vacacional, las utilidades, las vacaciones y la rebaja de la jornada laboral que ya están superadas en la mayoría de los contratos colectivos firmados desde hace mucho tiempo antes que llegara la “revolución” chavista.
Igualmente algo que si reconocemos como positivo es la ampliación del permiso de pre y pos natal que le dará a las madres mas tiempo para estar con los bebe en los primeros días de nacidos, sin embargo esta reforma pudo darse también con un poco de voluntad política en la Asamblea Nacional sin necesidad de hacer tanto espavientos y alharacas.
La liquidación de las prestaciones sociales que fue utilizada como bandera electoral por Chávez en el 98, diciendo que le habían robado a los trabajadores, quedaron opcionales para que la persona escoja entre lo aprobado en el 97 o el pago doble con el último salario devengado aprobado en la nueva ley, lo cual demuestra que no hubo tal robo y que solo se trató de una satanización mediática y política electorera.
Una desmejora en la nueva LOT chavista es el referente al pago del preaviso cuando el despido era injustificado. La LOT del 97 establecía que después de un año el patrono estaba obligado a pagar un mes de salario como compensación, después de cinco años dos meses y después de 10 años 3 meses, la nueva ley chavista establece solo el pago doble de las prestaciones.
Como en todo régimen autoritario no podía faltar la represión. Para los patronos que incumplan la ley chavista establece hasta 15 meses de prisión, sin embargo queremos preguntar cuantos ministros, presidentes de institutos, gobernadores y alcaldes meterán en los calabozos por no pagar a tiempo las prestaciones sociales a los trabajadores que despiden injustamente o los que se jubilan por años de servicios. Hay casos de venezolanos que se han muerto esperando que les paguen.
En pocas palabras, esta ley chavista protege solo a la mitad de las personas que está capacitadas para el trabajo y deja por fuera a los que trabajan por su cuenta como taxistas, buhoneros y profesionales de libre ejercicio que no tienen la suerte de tener un empleo estable, bien remunerado y seguridad social, porque no estimula la inversión y el fortalecimiento de la empresa privada que es la que genera empleos de calidad.
En contraste con la ley chavista redactada entre gallos y medianoche en Cuba, el candidato de la Unidad Democrática y del Progreso, Henrique Capriles en su oferta de gobierno propone trabajar de la mano con la empresa privada y afirma que su gobierno a partir del próximo 7 de octubre estará basado en no mas expropiaciones y no mas ocupaciones ilegales de las empresas en plena producción. Además desde el gobierno estimulará la inversión de capitales nacionales y extranjeros con plena garantía de seguridad jurídica.
Igualmente Henrique Capriles como presidente aplicará la gobernabilidad descentralizada con gobernadores y alcaldes, porque considera que todos deben contribuir con el desarrollo y el progreso, para que Venezuela salga del siglo XX y entre de lleno al siglo XXI, donde a pesar de estar en 2012, las prácticas de gobierno son contrarias al bienestar de la población.
Henrique Capriles y las fuerzas democráticas que lo apoyan, tienen un compromiso con Venezuela, especialmente con las nuevas generaciones que deben heredar un país mejor que el que nos dejaron nuestros abuelos y nuestros padres, que lamentablemente no es este donde estamos viviendo ahora.
Por: Gerónimo Figueroa Figuera / @lodicetodo